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Jordi Ferrer Gisbert|VALENCIA
Al Levante le bastaron 45 minutos para sacudirse buena parte de sus males y anotarse una trabajada victoria, la primera en lo que va de Liga, ante el Almería en la que sin duda hubo un nombre propio, el del italiano Christian Riganó, autor de los tres tantos.

El equipo valenciano no se dejó intimidar por la vergüenza y la amenaza de poder convertirse en el peor conjunto que jamás haya habido en Primera División (de no ganar habría superado los peores registros del Sporting de la campaña 97-98) y saltó al campo como un ciclón para dejar bien claras sus intenciones desde el inicio. De la mano de un inspirado Riganó, casi inédito en lo que va de Liga, los de Giovanni De Biasi se deshicieron de todos los maleficios y complejos que les han perseguido en este inicio de campeonato.