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Tolo Jaume El Melilla infligió ayer una dolorosa derrota al Palma Aqua Mágica (72-82) en un mal encuentro. Los celestes cayeron víctimas de su desacierto exterior y de las lagunas en la intensidad defensiva que permitieron a los norteafricanos arrancar los primeros pitos de la grada del Palma Arena, cuya frialdad se convirtió en un enemigo añadido para los locales.

El conjunto mallorquín saltó a la pista dispuesto a terminar rápidamente con la zona dispuesta por la pizarra de Paco Olmos. Sin embargo, desde el primer momento quedó patente que no sería un buen día para los tiradores isleños. El Palma se apoyó en Rejón para tomar el mando, pero la entrada de Alfons Albert y su sociedad con Sasa Zagorac empezaron a causar los primeros estragos. A 2:50 para el final del primer cuarto los visitantes tomaron la delantera (11-12) y afianzaron su ventaja mientras los hombres de Tobalina acumulaban errores más allá de los 6'25 metros.

En el segundo cuarto no cambió la decoración y tampoco el anodino debut de Kornegay alteró la dinámica. Entre el cúmulo de despropósitos Roe anotó sus primeros puntos a un minuto del descanso y abrió la mejor racha local. Un parcial de 11-0 en apenas un minuto y medio llevó a los locales al descanso con un 37-32 que podría haber aumentado si los árbitros hubieran concedido un triple sobre la bocina desde medio campo de Jarrius Jackson.

En el tercer episodio la sociedad Albert-Zagorac siguió castigando a los locales, que vieron como un viejo conocido como Vallmajó se entonaba para adentrarse en los últimos diez minutos como una pieza clave. Cinco puntos seguidos del base en el último cuarto y un triple de Gloger a 3:40 del final supusieron una renta visita de once puntos (60-71) que pesó demasiado en un agónico final para los palmesanos.