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Poco más de diecisiete años han pasado desde que Jorge Lorenzo Guerrero (Palma de Mallorca, 1987) siguiera los pasos de su padre, Chicho, y junto a él iniciara una aventura sobre dos ruedas que Dani Amatriaín ha llevado a lo más alto. El bicampeón mundial de dos y medio, el piloto de moda, el Lorenshow en definitiva, aterriza en MotoGP. Y no lo hace sobre una montura cualquiera. Yamaha, uno de los fabricantes de referencia del Mundial, ha puesto en sus manos su ingenio más preciado, la YZR M1 que espera evolucionar gracias al mallorquín y con la que tendrá la oportunidad de compartir equipo, que no box ni neumáticos, con el más grande: Valentino Rossi. Un muro, la marca de neumáticos (Bridgestone y Michelín quieren evitar así el posible espionaje industrial, aunque hoy sólo habrá un piloto) y una enorme presión para el transalpino les separarán, aunque el “rookie" Lorenzo sabe que 2008 será un año para aprender y rodarse sobre el ingenio de 800 centímetros cúbicos que le permitirá superar la barrera de los 300 kilómetros por hora.

El de Tavullia será el gran ausente en la puesta de largo del que está llamado a ser su sucesor para la casa de los tres diapasones. Michelín, goma que calzará la 48 de Jorge, le ha prohibido rodar con su nuevo compuesto (Bridgestone) y el heptacampeón ha optado por tomarse un descanso y recuperar su maltrecha mano derecha (triple fractura), previo despacho contra su fabricante. Rossi ha cargado duramente contra Yamaha y Michelín y ha llegado a menospreciar el trabajo de sus ingenieros. Algo que no ha sentado bien en el seno de la factoría, hacia la que ha expresado sus disculpas el director deportivo de la estructura de Rossi, Davide Brivio, quien se desmarca del palmesano, ya que el que era responsable del equipo de Colin Edwards, Daniele Romagnoli, será el máximo responsable de la M1 de Lorenzo en 2008.

En plena guerra de los neumáticos (en 2008 se podrán usar 40 lisos, 18 delanteros y 22 traseros), irrumpe Jorge en la categoría reina, siendo el primer balear en hacerlo. Será a los largo de dos días, en los que el equipo Fiat Yamaha buscará amoldar a su nuevo piloto a la moto y que éste vaya adquiriendo rodaje de cara a una larga pretemporada con casi tres semanas confirmadas de trabajo en Valencia, Malasia, Jerez y Australia.

Los trabajos por mejorar el chasis y dotar de mayor potencia a la M1 serán la prioridad del equipo encabezado por Daniele Romagnoli, que será el responsable de la parcela del box en la que habite Jorge. Juan Llansá, su mecánico de confianza, da el salto y junto a Javier Ullate y Ramón Forcada, este último uno de los hombres importantes del Mundial, tratará de dar soluciones a los problemas que el paso de los kilómetros lleven consigo. Siempre bajo la atenta mirada de Dani Amatriaín. El manager del balear no se perderá las evoluciones de su pupilo más aventajado, ya que además, los pilotos de 250 también tendrán la oportunidad de entrenar a la par que los de MotoGP, con lo que Lorenzo y Debón se pasarán sobre la pista de Cheste el testigo, aunque en esta ocasión, el campeón contará con ventaja y desea rodar en ritmos cercanos al 1:34, algo que sería recibido muy positivamente por su nuevo equipo, necesitado de un revulsivo que puede llegar de la mano del sustituto de Colin Edwards.

Y quien está llamado a ser testigo de excepción de un día antológico es Kimi Raikkonen. El equipo Fiat Yamaha (la marca forma parte del mismo grupo que Ferrari) ha invitado al finlandés y actual campeón del mundo de Fórmula Uno a probar la M1 de Rossi a lo largo de la mañana de hoy, pudiendo ser el mejor telonero de Jorge, aunque el piloto de Ferrari no ha confimado al cien por cien su presencia, aunque se da por seguro que hoy rodará en Cheste, al igual que ayer lo hizo Michael Schumacher.

Jorge dispondrá de dos jornadas, o lo que es lo mismo, de diez horas de intenso trabajo y presentación ante su último gran desafío, el reto de MotoGP que le llega con apenas veinte años (sólo Pedrosa le supera en precocidad). Hoy rodará en el Circuit Ricardo Tormo de las dos a las cinco de la tarde y mañana (miércoles), tendrá desde las diez de la mañana siete horas por delante en las que cogerle el gusto a una moto que ya conoce, ya que el pasado verano realizó unos cortos entrenamientos privados en el Circuito de Almería. Enfundado en un mono blanco, todavía sin poder lucir sus patrocinadores y los de su equipo para 2008 (Chupa Chups, Govern, Lotus y el resto están a la espera de cerrar sus acuerdos), llega el gran día de Jorge, el instante soñado por aquel pequeño malabarista que se desgastaba sobre el asfalto de Aquacity, que batió todos los registros de precocidad y que aparece en la parrilla más exigente del planeta tras haberse graduado en 250 centímetros cúbicos. Se abre una nueva era y Lorenzo está llamado a dar mucho que hablar. Él y los que con él aparecen en escena. Dovizioso y De Angelis también siguen el camino de MotoGP y se unirán a viejos compañeros como el vigente campeón y subcampeón, Casey Stoner y Dani Pedrosa. Todos ellos fueron rivales en 125 y nos hicieron vibrar en el cuarto de litro. En MotoGP ya todo es posible y el relevo generacional se consuma.