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La portería del Mallorca se tambalea. Miquel Àngel Moyà, el guardián del arco bermellón, sufre una rotura con afectación miotendinosa proximal del bíceps femoral derecho y estará entre cuatro y seis semanas de baja. El de Binissalem tendrá que volver a cederle su puesto a Germán Lux, que cogerá su relevo este mismo fin de semana, coincidiendo con la visita al hogar del campeón, el Santiago Bernabéu. El Poroto ya tiene la oportunidad que buscaba. Dispondrá de un escaparate perfecto para enmendar el error cometido el pasado fin de semana ante el Valencia y para acreditar que el esfuerzo que invirtió el club a la hora de contratarle está totalmente justificado.

Los problemas nunca vienen solos y Manzano empieza a acostumbrarse a ellos. Primero se quedó sin Webó (al que ahora acaba de recuperar), después llegó la plaga de expulsiones (que se suavizó el sábado) y ahora pierde al que ha sido su cancerbero titular hasta hace una semana.

Malos tiempos

Algo parecido le ocurre a Moyà, que también anda metido en una dinámica especialmente negativa. Después de alternar toda una temporda, la anterior, entre el banquillo y la portería, se hizo con la titularidad el pasado verano y estaba dejando muestras de su clase gracias a la continuidad que le brindaba el técnico. Sin embargo, todo cambió hace ahora siete días. El mallorquín defendía el área bermellona en Riazor y en el minuto 38 de partido, después de una errónea cesión de Varela, cometía un penalti sobre Rodolfo Bodipo que significaría el empate definitivo. El colegiado andaluz Ramírez Domínguez le envió directamente a la ducha y siguió la última jornada desde la grada para cumplir el encuentro de sanción que le correspondía. El lunes acudió a la ciudad deportiva junto al resto de sus compañeros para empezar a preparar el encuentro del domingo contra el Madrid y cerró la sesión con una molestia que ya le impidió entrenarse el martes. Ayer, después de someterse a las pruebas que le practicaron los servicios médicos del club, se confirmaron los peores presagios. No podrá volver a colocarse los guantes hasta dentro de algo más de un mes y se perderá, como mínimo, los partidos de Liga ante Madrid, Sevilla, Murcia y Racing de Santander.

El problema volverá a colocar a Lux en un primer plano. El argentino, que recaló en el club el pasado verano después de pasar un amplio periodo de inactividad en River Plate, tuvo que debutar de forma apresurada y en su estreno como titular no estuvo tan afortunado como él hubiera querido, pero tendrá tiempo de sobra para reivindicarse y tranquilidad para estabilizarse.

Para empezar, le tocará exponer sus guantes en una de las plazas más atractivas del fútbol europeo y ante uno de los ataques más letales. Y ha empezado a prepararse para ello, física y mentalmente. Delante tendrá a tipos como Raúl, Van Nistelrooy, Robinho, Sneijder o su ex compañero Gonzalo Higuaín, que guardan en sus botas cantidades industriales de pólvora. El Poroto sabe que la oportunidad de triunfar en el club está en su mano y sabe que, dependiendo de lo que suceda durante la baja de Moyà, podría agarrarse a la titularidad y apropiarse de ella.

El que también subirá un escalón en el vestuario del Mallorca es el canterano Ioné Puga. El meta canario, que llegó en julio a la entidad sin hacer demasiado ruido, asumirá ahora el rol de segundo portero y será un habitual en las convocatorias de Manzano. No en vano, si Lux sufre algún contratiempo le tocará asumir las riendas entre los tres palos y custodiar la defensa mallorquinista.

Por otra parte, la otra gran duda que tiene ahora mismo Gregorio Manzano con respecto al once que presentará en Chamartín se posa sobre Angelos Basinas. El centrocampista griego se perdió las primeras sesiones de trabajo de la semana por culpa de una infección intestinal y además, está pendiente del nacimiento de su hijo. Por lo demás, el técnico jienense intentará mantener la base del equipo en la que se ha apoyado en las últimas semanas, aunque tampoco se descarta que aplique un nuevo dibujo para frenar al conjunto madridista. Hoy seguramente aprovechará la sesión para probar el once que pondrá en liza e irá despejando dudas. El vestuario rojillo ya ha enterrado el tropiezo ante el Valencia y quiere dar un nuevo salto de calidad a costa del conjunto que dirige Bernd Schuster, que a su vez, necesita ganar para olvidar lo ocurrido en el Sánchez Pizjuán (2-0 ante el Sevilla) y Atenas (0-0 frente a Olympiacos).