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F.Fernández Dicen de Blanca Gil que es el equivalente femenino al mítico Manel Estiarte, algo que «supone un orgullo» para ella. Y es que el waterpolo español sólo tiene ojos para la indiscutible estrella del equipo nacional y, desde hace unos días, mejor jugadora europea de 2007, mérito reconocido con el Trofeo LEN, otorgado por la Liga Europea. Los méritos de la mallorquina bien lo merecen. A nivel de clubes, apenas le quedan cosas por ganar. Campeona de la División de Honor y la Copa de la Reina, la Lega italiana y la máxima competición continental de clubes también engrosan su currículo, al que se añaden otros méritos como una larga serie de internacionalidades, integrante del equipo ideal del Mundial 2005 y máxima goleadora en Melbourne 2007, entre otros muchos logros.

Pero Blanca es ambiciosa, y de cara a 2008, tiene en mente algo que colmaría sus ilusiones. «No puedo morirme sin ir a unos Juegos Olímpicos», admite la actual jugadora del Orizzonte Catania, con el que ya ha alcanzado las semifinales de la Copa de Europa. En febrero se disputa el Preolímpico en Imperia (Italia), y si España alcanza las semifinales, Blanca sellará su pasaporte para Pekín. «La cosa está igualada, pero si ganamos a Rusia, podemos conseguirlo. Puede ser nuestro momento, ya que nos quedamos a una plaza de competir en Atenas 2004. Los Juegos son lo más grande para un deportista, y creo que nuestra selección se lo merece. No podría esperar cuatro años más», comenta la polivalente waterpolista, que se desenvuelve con soltura en las posiciones de boya y atacante, pero que por encima de todo, tiene el gol como meta.

Con 24 años, el Sabadell fue su plataforma de lanzamiento hacia Italia, donde el waterpolo «se vive con enorme pasión». Mediterráneo, Roma y dos etapas en el Orizzonte Catania dan forma a su tarjeta de visita. Pese a todo, en España no goza de los laureles de estrella que Italia le permiten ser toda una referencia en esta modalidad. «Al principio me chocaba, pero lo que me da rabia es que en mi país no me reconozcan tanto los méritos, ya que me ha premiado antes la LEN que la Federación Española. Pero pasa el tiempo y te das cuenta de que tú misma sientas lo que haces, y en Italia la gente lo vive, me aprecian y eso lo agradezco», admite la líder de la selección que ahora dirigirá Vicenç Tarrés, quien se enteró «de casualidad» de la distinción de la LEN, que confiesa que «ni sabía que existía, pero lo agradezco igualmente por su trascendencia».

Blanca descansa estos días con su familia antes de encarar un 2008 apasionante. La liga transalpina, la Copa de Europa, el Europeo de Málaga, el Preolímpico y la guinda de los Juegos se sitúan en el horizonte de la mejor waterpolista del continente, quien no esconde que si está en Pekín «lucharé por ser la mejor del torneo».

De fuerte carácter y enorme calidad en la piscina, Gil lamenta que el waterpolo femenino no tenga tanta repercusión como otros deportes, e incluso menos que el masculino. «La mejor muestra es este Trofeo LEN. Me enteré por mi madre, que lo vio en Internet. Primero salió en Italia y más tarde llegó aquí. Darnos a conocer es una labor que los medios de comunicación y nosotras mismas tenemos que asumir. Es verdad que los chicos están ahí porque se lo han currado, pero también lo es que si nosotras estuviéramos en su situación, a lo mejor no tendríamos tanta repercusión. Por eso, los Juegos podrían ser un gran escaparate, en especial para atraer a patrocinadores", asevera la jugadora del Orizzonte Catania, un club que colma sus aspiraciones deportivas y personales. 2008 está llamado a ser su año, y Blanca Gil lo sabe.