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Javier Dorado fue intervenido ayer en Barcelona del ligamento cruzado anterior de su rodilla izquierda. El lateral del Mallorca, que pasará una semana ingresado en la Clínica Asepeyo de la Ciudad Condal, no volverá a jugar en lo que resta de temporada y tardará todavía medio año en regresar a los terrenos de juego.

Dorado es el principal damnificado de la plaga de lesiones que está asolando este año a la plantilla isleña. El jugador manchego es el único miembro del grupo de Manzano que no se ha estrenado en el campeonato de Liga y apenas tuvo tiempo de hacerlo en la Copa. Manzano le alineó en el once titular que destapó la competición ante Osasuna en el Reyno de Navarra, pero cayó lesionado a los tres minutos de juego en una acción forrada de mala fortuna. Después de guardar casi un mes de reposo, viajó a la capital catalana para pasar por el quirófano y la operación transcurrió sin complicaciones. El doctor José María Aguilera, que contó con la colaboración de su colega Ardèvol, le colocó una plastia de semitendinoso y recto interno que mejorará la zona afectada y le permitirá recuperarse progresivamente del mal trago que está pasando.

La lesión de Dorado es una de las menos oportunas del curso. El de Talavera ha dejado al descubierto el flanco izquierdo de la defensa y Gregorio Manzano sólo tiene a Fernando Navarro para acampar en esa zona hasta que descienda el telón del ejercicio. A pesar de esas carencias, el club bermellón no tiene intención de incorporar a ningún otro jugador durante el mercado de invierno (se cierra el día 31 de enero) y si siguen surgiendo problemas en esa parcela tendrá que echar mano del filial (Martí Noceras es el gran candidato) o improvisar sobre la marcha.