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Fernando Fernández La cascada de eventos que tienen el Palma Arena como escenario, al margen de los encuentros que los tres equipos profesionales de Ciutat (Drac, Ícaro y Palma) tienen programados a partir del mes de marzo y en plena recta final de la temporada, encendió por espacio de unas horas las alarmas en el seno de los clubes implicados. La posibilidad de que la instalación no estuviera disponible, con la consiguiente falta de alternativas dada la lenta rehabilitación del Palau de Son Moix, cuyos trabajos se han iniciado tras tres meses de inactividad en su antiguo centro de operaciones, era el gran inconveniente que las escuadras y sus dirigentes hallaban, e hicieron saber directa o indirectamente a los gestores del Govern. Acontecimientos como la 'Balearikus Party' (19 a 25 de marzo) inhabilitaban para la práctica deportiva un recinto del que disfrutan con cuentagotas sus accidentales inquilinos. Incluso dejaban en el aire la disputa de choque de alto nivel como el derbi mallorquín de la LEB Oro, previsto para el día 19 de marzo (20:30 horas) en el Arena, además de la siguiente cita del Palma (26/3) ante el Breogán, e incluso llegando a poner en peligro el regreso al recinto de un equipo que ha solicitado formalmente su traslado al pabellón Toni Pizà de sa Indioteria, epicentro de sus sesiones de trabajo. El director general d'Esports del Govern, Gabriel Gili, fue informado de esta situación por parte del presidente de la FBIB, Jaume Estarellas, a quien confirmó que no habría problemas para disputar sus encuentros en el multifuncional. El dirigente trasladó esa noticia al Palma, que aguardaba una comunicación oficial, aunque la preocupación se extendía a otros clubes.

Es el caso del Drac Palma. Su presidente, Ricardo Ramos, también planteó la posibilidad de no poder jugar en casa algunos encuentros claves (Superliga, Champions...), pero recibió idéntica respuesta por parte de Gili. «Se puede jugar allí y hemos aclarado todo», admitía el máximo dirigente del actual campeón estatal de voleibol masculino.

Problemas
Menos claro estaba el panorama para el Ícaro. Uno de los equipos punteros de la Superliga Femenina lamentaba en palabras de su presidente, Carlos López, «que el Ajuntament de Palma no haya tomado cartas y se nos trate de esta forma. Nos tienen que facilitar la labor y un proyecto como el nuestro, no puede seguir así, en estas condiciones». El mandatario tenía constancia de que habían sido cancelados dos encuentros (ante el Murcia, televisado, y ante el IBSA, este último también el 19 de marzo), y denunciaba que la situación podría extenderse a los playoffs por el título, aunque y afectaba de forma notable a la preparación de la fase final de la Copa de la Reina (15 a 17 de febrero), en la que el Ícaro es un claro favorito. Tanto Ícaro como Drac manejan como alternativa para los entrenamientos el Germans Escalas, una cancha que a nivel federativo no reúne los requisitos solicitados por la RFEVB y, como otras, por su superficie no ayuda al trabajo de los deportistas. «Hemos entrenado en cinco pistas diferentes y tenemos problemas. Nunca hemos vivido una situación así», sentenció.

Ante el difícil panorama, el director general de Esports, Gabriel Gili, contactó con los responsables del Palma Arena para plantearles la situación y estudiar la planificación con el fin de mantener el lugar que les corresponde a los clubes afectados. «La prioridad la tienen los equipos profesionales y el ciclismo en pista. Además, esta instalación no puede estar diez días sin ser utilizada por ellos», admitía Gili, quien confirmó que Drac, Ícaro y Palma «podrán jugar sus partidos en el Arena hasta el final de la presente campaña.