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La operación retorno está en marcha. Los jugadores que tiene cedidos el Mallorca por las plantas más modestas del fútbol español se sumergen en la zona más exigente del curso a la caza de un premio, de la oportunidad definitiva. Martí Crespí (Granada 74), Pablo Cendrós (Benidorm) y Dani González (Pontevedra) son los alumnos más avanzados de ese pelotón de canteranos y si progresan al ritmo esperado, su recompensa será una plaza en el stage de pretemporada del verano que viene. De momento, sus cartas ya están sobre la mesa.

El que parece mejor colocado para empotrarse en la plantilla de Manzano la próxima temporada es Martí Crespí. El central de Sa Pobla, que a mediados del mes de junio cumplirá veintiún años, está recopilando experiencia en Segunda y se ha destapado como uno de los grandes baluartes defensivos del sorprendente Granada 74. La escuadra que gestiona Antonio Tapia es novena en la clasificación con 35 puntos en la mochila, y aunque entre sus planes iniciales no aparecía el ascenso, la configuración de la tabla todavía le concede ciertas opciones que podría explotar a muy corto plazo.

Crespí no ha debutado todavía con el Mallorca en partido oficial, pero ha estado muy cerca. El ejercicio pasado Manzano le convocó para medirse a domicilio al Deportivo y el pasado verano acudió a Kössen con el deseo de convencer al jienense. Al final, no encontró sitio en el grupo, pero optó por la mejor salida posible. Se marchó a Granada y junto a la Alhambra ha encontrado minutos y mucha estabilidad. Ha sido titular en veintidós de los veinticinco partidos que ha disputado su equipo y es el tercer jugador que más minutos acumula (1980) del conjunto rojiblanco. Desde los despachos de Son Moix se está siguiendo su trayectoria de forma muy especial y en unos cuantos meses podría llegarle la gran ocasión de su vida. Sus prestaciones convencen entre la dirección deportiva y el club no está dispuesto a desaprovecharlas. La marcha de David Navarro, que regresará en junio al Valencia, es otro de sus avales.

A Pablo Cendrós tampoco le van nada mal las cosas por Benidorm. El lateral derecho, que estuvo en la pretemporada del 2006 junto a Miguel Àngel Bazán, Ernesto García y Juanjo Gómez, es otro de los valores al alza que la entidad tiene bajo su manto. El pasado mes de julio, viendo los problemas que tendría para disponer de alguna opción, hizo las maletas, cruzó el Mediterráneo y llegó a Foietes, donde se ha convertido en un futbolista indiscutible. Sólo se ha perdido dos encuentros del grupo III de Segunda B y se ha animado incluso a firmar algún tanto, como el que le endosó recientemente al Badalona. El entrenador del conjunto alicantino, Luis García, está encantado con su rendimiento y por si fuera poco, las perspectivas del club han ido aumentando con el paso de las jornadas. Ha encadenado tres victorias (ante los filiales de Espanyol, Villarreal y Levante) y ha levantado el campamento en la séptima posición, a tres puntos de la frontera del play off de ascenso. La más que posible baja de Héctor Berenguel (acaba contrato el 30 de junio) y la mala experiencia de Molinero podrían abrirle de nuevo las puertas del plantel.