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Trata el Atlètic Ciutadella de lavar la imagen de un equipo en decadencia, pero no lo consigue. Porque los bermellones apenas encuentran a Edgar durante los partidos, y sin el delantero catalán en activo, los de Rafa Torres no es que bajen enteros, más bien desaparecen. Por eso el encuentro de ayer, a pesar de que se obtuvo la victoria después de cinco encuentros de sequía, no fue diferente a los últimos precedentes y corroboró la apariencia de un equipo triste. Hay quien lo niega, pero los números son tozudos y señalan que los problemas en los despachos también pasan factura sobre el terreno de juego. La victoria de ayer ante el Soledat maquilla la depresión, pero no quita incertidumbre a lo que se avecina.

El Soledat vino a hacer su partido y con un poco más de ímpetu hubiese sacado un punto del Municipal de Sant Antoni. Al final Edgar, el de siempre, tuvo que salir al rescate para el equipo menorquín.