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Juan Antonio Lladós |LOSAIL (QATAR)
El australiano Casey Stoner (Ducati Desmosedici GP8) volvió a ejercer como campeón del mundo en título y una vez pasado el ecuador de la carrera de MotoGP en Qatar, la primera en la historia del motociclismo de velocidad que se disputa de noche y con luz artificial, doblegó al mallorquín Jorge Lorenzo (Yamaha YZR M 1) y a Daniel Pedrosa (Honda RC 212 V).

La verdad es que la carrera de MotoGP tuvo algo de historia hasta que se colocó Stoner en cabeza de la misma y muy poca desde ese momento, si acaso el espectacular bautizo de Lorenzo en su nueva categoría, autor de la «pole position» de entrenamientos y segundo en carrera tras una gran actuación en la que doblegó a campeones mundiales de la talla de Pedrosa o del italiano Valentino Rossi (Yamaha YZR M 1), quien sucumbió a sus rivales a pesar del cambio de neumáticos y de cuantos argumentos quiera esgrimir.

Hoy por hoy, el dúo formado por Casey Stoner y su Ducati Desmosedici GP 8 es difícilmente batible, amén de quedar claro que en MotoGP se está produciendo, sino se ha producido ya, un relevo generacional que arrincona a las grandes figuras de principio de este siglo.

En tanto en MotoGP no hubo demasiada historia, sucedió todo lo contrario en el resto de cilindradas pues en el cuarto de litro, aunque venció el italiano Mattia Pasini (Aprilia), las alternativas de varios pilotos fueron constantes, entre ellas las de tres españoles.

Alvaro Bautista (Aprilia) fue el primero de ellos, pero tuvo problemas con sus neumáticos en la segunda parte de la carrera y no pudo luchar por la victoria, Héctor Barberá (Aprilia), con dolores musculares en un antebrazo desde los entrenamientos, y Alex Debón (Aprilia), que se equivocó con un cambio de marchas y se le escaparon sus rivales.

Aún con todo, la de 250 c.c. promete ser una cilindrada igual de disputada que en anteriores años, lo mismo que el octavo de litro, y con al menos tres pilotos españoles, por lo visto en Qatar, con opciones a ganar carreras a cada gran premio.

En esta ocasión quien más opciones tuvo de hacerse con la victoria fue Héctor Barberá, pero la falta de sensibilidad tras el esfuerzo realizado en su brazo izquierdo no le dio la confianza suficiente para ganar y tuvo que contentarse con la segunda plaza a poco más de cinco décimas de segundo de Mattia Pasini.

Alex Debón también contó en las estadísticas para la victoria en su carrera inaugural como piloto oficial, pero al final un fallo mecánico o un error consecuencia de los nervios le hizo meter un punto muerto cuando luchaba con Barberá que le dejó en «tierra de nadie» el tiempo suficiente para que se alejasen sus rivales y, con ello, sus opciones de podio.

Por cuanto se refiere a Bautista eso sucedió mucho antes, ya que el piloto de Talavera de la Reina se quedó sin neumáticos pasado el ecuador de la carrera y fue perdiendo terreno sin posibilidades de plantar cara a sus rivales y más bien con la tensión de aguantar el máximo de tiempo posible para no acabar peor parado.

Sergio Gadea abrió el panorama español en Qatar a la victoria, aunque luego sólo fuese él el único vencedor, pero lo hizo además de una forma épica, ya que desde una semana antes, cuando se produjo una luxación de clavícula, el piloto de Valencia había estado luchando contra el dolor y la situación en contra de casi todos, que le habían recomendado que regresase a España.

Su terquedad acabó recibiendo la mejor de las recompensas, la victoria, por delante de otro español, Joan Olivé (Derbi) y del alemán Stefan Bradl (Aprilia).