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Una preocupación menos. El Mallorca ha abrochado la trigésimo primera jornada del campeonato con la salvación bajo el brazo y un montón de tiempo por delante para darle brillo a sus números. El conjunto que dirige Gregorio Manzano ha recopilado 41 puntos y ha levantado una pared que le protege de los puestos de conflicto. El Zaragoza, el equipo que marca el corte sobre el precipicio que conduce a la Segunda División, vive ahora a ocho puntos de los isleños y salvo que se tuerzan mucho las cosas, la distancia será suficiente.

El único aspecto negativo del fin de semana es que las pocas posibilidades que existían de jugar en Europa se han evaporado. La zona UEFA se halla a siete puntos y aunque el Sevilla visita el domingo que viene el ONO Estadi (17.00 horas), las opciones reales son mínimas.

El Mallorca acaricia el gran objetivo de la campaña gracias a su buena respuesta de la segunda vuelta. Después de una primera parte del curso en la que el equipo pasó por diferentes estados de ánimos, el hecho de cruzar el ecuador reactivó sus sentidos. Primero cayó en una espiral de empates que le restó algo de explosividad a su ascensión, pero las dos victorias que conectó recientemente ante Deportivo (1-0) y Valencia (0-3) reformaron por completo sus cifras y le dejaron a las puertas de pelear otra vez por meterse entre los seis primeros de la clasificación, eso sí, a expensas de lo que sucediera durante la visita del Madrid. Los bermellones fueron superiores en todo, pero no llegaron a rematar a los hombres de Schuster y recularon un poco. Además, el Sevilla impuso ayer su gobierno frente a la formación de moda del fútbol español (Villarreal) y se agarró al que ha sido su hábitat natural en los últimos años.

Como la clasificación se estira en ambas direcciones y el Mallorca continúa alejado de los dos focos de acción, su meta más próxima es hacerle un nudo a la permanencia de forma matemática, algo que podría conseguir en las próximas semanas si conserva el nivel de juego en el que se ha apoyado de un tiempo a esta parte. Ante el Madrid, los hombres de Gregorio Manzano demostraron que no hay motivos para sufrir ni preocuparse más de lo necesario.

De momento, el primer paso es derrotar al Sevilla el próximo fin de semana con la complicidad del ONO Estadi. Eso elevaría a 44 los puntos del Mallorca y haría prácticamente imposible un futuro descalabro, a pesar de que el calendario que llega no es demasiado propicio. Tras los hispalenses, será el Murcia el que se entrometa en la trayectoria de los rojillos (20 de abril) y a continuación visitará Palma todo un hueso, el Racing de Marcelino García Toral.

El póquer de encuentros que cerrará la temporada futbolística en la Isla está compuesto por Athletic (San Mamés, 4 de mayo), Osasuna (Son Moix, 7 de mayo), Barcelona (Camp Nou, 11 de mayo) y Zaragoza (Son Moix, 18 de mayo). A simple vista, todos ellos se jugarán algo en sus cruces ante el Mallorca. No habrá un solo partido cómodo ni nada que se le parezca. Hay que cerrar el ejercicio cuanto antes y después divertirse.