TW
0

Espantoso ridículo del ViveMenorca en León. El grupo isleño no sólo desaprovechó una magnífica oportunidad de certificar la salvación matemática "quizá la más clara de las tres que restaban hasta ayer", sino que se complica su futuro como nadie pudo imaginar un par de semanas atrás y observa con temor la inminente visita a la pista de un crecido Estudiantes, al que muchos daban por muerto antes del sábado, pero que, apelando a su grandeza y a su inmaculada historia, asoma la cabeza y se erige en una amenaza tan real como el durísimo correctivo padecido ayer por los hombres de Ricard Casas ante un desahuciado Grupo Begar. El técnico catalán deberá de realizar una labor extra en la mentalización colectiva, pues no es de recibo que, en el compromiso más determinante de la temporada, un equipo que ha ofrecido magníficas pinceladas de juego durante el año sea capaz de aceptar casi 40 puntos en sólo un cuarto de partido, por no hablar de la escasa predisposición en aspectos como la defensa o el rebote. Por momentos, el León pareció los Lakers, y lo que debió ser un día histórico para el Menorca "por aquello del partido 100 en ACB y el regreso al lugar dónde se obtuvo el ascenso hace tres años" acabó convirtiéndose en un verdadero festival de la afición leonesa, que agradeció a sus jugadores el detalle que tuvieron para con ellos; brindarles la mayor exhibición de la temporada.

El grupo leonés salió enchufadísimo. Libres de presión, los de Aranzana aprovechaban la dócil y escasamente intensa defensa menorquina para abrir brecha apenas iniciado el choque (13-5 a los cinco minutos). Bulfoni, desde todas las posiciones y Hughes en la pintura, se multiplicaban, obligando a Casas a llamar a capítulo a los suyos. Stefanov y Moss entraron por Guzmán y Shirley, lo que permitió al Menorca mantener unos dignos guarismos al cierre del primer cuarto (21-16)... llegando el escándalo en el segundo. El León, uno de los peores ataques de la liga, le endosaba al Menorca un demoledor 38-21 en apenas diez minutos. Los motivos, muy sencillos. Defensa, lucha a muerte en cada rebote y una perfecta fluidez en ataque, ejemplificada en Bulfoni (15 puntos al descanso) y Hughes (10). El apabullante 19 a 9 en capturas hacia el resto (todos los jugadores del León que habían pisado el parquet sumaban al menos un rechace en su estadística). Los instantes finales del segundo periodo alcanzaron un punto de sonrojo incluso para el Menorca (59-37).

Casas había rotado todo el banquillo sin dar con la fórmula idónea, la cual tampoco halló tras el intermedio. Si acaso un atisbo de remontada, propiciado por la presencia en pista de Xavi Mendiburu, los esporádicos aciertos de Moss y el carácter de Stojic (68-53 tras triple de Mendi) fue lo único positivo que se apreció. Aunque la ilusión se desvaneció con prontitud. Un 6-0 leonés y una técnica al capitán menorquinista ubicaron la desventaja nuevamente por encima de los veinte (79-58, tercer cuarto finiquitado). En el definitivo parcial, no hubo tiempo excepto para maquillar el resultado, dejando el marcador en el 91-80 final.