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José A. Moreno|VALLADOLID
El Valladolid mereció golear al Almería pero esperó hasta el último instante para ganar un partido en el que se hartó de fallar ocasiones, entre ellas un penalti, y en el que volvió a evidenciar que necesita atacar mucho para marcar, algo que ayer hizo Sesma, en el minuto 92, lo que convirtió Zorrilla en un festín, celebrando una salvación que todavía no es matemática.

La mejor ocasión de la primera parte fue para el Valladolid en un lanzamiento de penalti tras una falta cometida sobre Marcos pero Víctor lanzó flojo y centrado, casi a las manos de Diego Alves.

En la segunda parte, el asedio local fue total y se acentuó en los últimos minutos, pero no fue rentable hasta que el centrocampista canario Jonathan Sesma, con un disparo desde fuera del área, marcó y casi selló la salvación del equipo de Mendilibar. Era el minuto 92 y, a partir de ese momento, Zorrilla fue una auténtica fiesta.