El interés del Valencia por Gregorio Manzano ha reducido a las migajas cualquier otro aspecto. En los últimos días, nadie ha reparado ni un segundo en el encuentro de esta tarde en San Mamés. Es cierto que el partido no tiene consecuencias clasificatorias. Tanto Athlétic (11º, 46 puntos) como Mallorca (10º, 47) divisan el horizonte despejado de nubarrones y no se juegan prácticamente nada. Si acaso, apurar las escasísimas opciones europeas.
Precisamente ése fue el argumento al que recurrió el técnico mallorquinista en su comparecencia del pasado viernes para refugiarse del 'ciclón Valencia'. Acabar entre los diez primeros o mantener encendida la chispa continenal -el Sevilla está a cinco puntos de los isleños- son algunos de los objetivos secundarios del duelo. Sin ninguna presión extra, el choque estará aliñado con folclore, como el homenaje que recibirá Carlos Gurpegi tras cumplir su sanción, o con retos personales, como el que persigue Dani Güiza o el récord de goles a favor establecido en la campaña 2000-01 y que está a sólo dos. Pero la aparición del técnico de Bailén como aspirante número uno al banquillo del conjunto ché ha enterrado bajo los escombros un duelo que opondrá a dos estilos: el fútbol directo del Athletic y el combinativo del Mallorca (San Mamés, 17.00 horas).
Al margen del 'caso Manzano', el Mallorca se presenta en 'La Catedral' con el depósito de confianza a rebosar y dispuesto a extender su racha victoriosa. Ganar en Bilbao se antoja como una empresa complicada pero indispensable para seguir soñando con la UEFA. Está lejos, pero no imposible para un bloque que afronta las últimas curvas del campeonato lanzado, con dos victorias consecutivas y la posibilidad de encadenar un tercer triunfo que supondría su mejor marca del curso.
El triunfo del pasado domingo ante el Racing descubrió a un Mallorca con nuevos recursos, con Güiza en estado de gracia (ya suma 22 goles) y Borja Valero desempeñando a la perfección el papel de secundario de lujo. Precisamente sobre el pivote madrileño recaen algunos de los focos en los momentos previos. La recuperación de Ibagaza, tres semanas después, puede empujar al ex jugador del Madrid de nuevo a las galeras del banquillo. También se suma a la fiesta Iván Ramis. Con su renovación recién firmada, el central 'pobler' vuelve tras unas jornadas en la enfermería. En su caso, podría permanecer en el banquillo a favor de David Navarro, que ha cumplido durante su ausencia.
La principal novedad del once apunta al lateral derecho. Molinero disputará su tercer partido como titular por la sanción de Héctor y tratará de demostrarle a Manzano y al director deportivo Nando Pons, que encabezó ayer la expedición y estará en las gradas, que puede tener hueco en el próximo proyecto. El lateral toledano, que ha intervenido en apenas 125 minutos "es el futbolista que menos ha intervenido tras los canteranos Nsue y Alberto- intentará disputar un partido completo por primera vez en esta temporada. El resto del equipo estará formado por Moyà en la portería; Nunes, David Navarro y Fernando Navarro en defensa; Basinas como pivote con Ibagaza por delante, Varela y Arango en las orillas; Webó y Güiza en ataque. Quien no correrá por la banda de San Mamés será Jonás Gutiérrez. El argentino, que había perdido la titularidad en las últimas jornadas, no se desplazó a Bilbao por una tendinitis en su rodilla. Manzano consiguió en San Mamés el primer triunfo como entrenador bermellón y hoy el reto es intentar tres puntos que permitan seguir soñando en Europa.
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