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Jenaro Lorente|MADRID
Un tanto de Forlán dio la victoria al Atlético ante el Deportivo y devolvió la alegría al Calderón y a los rojiblancos a la principal competición europea en un duelo apasionado, propio de lo mucho que había en juego y que concluyó con fiesta local. El Atlético salió dispuesto a resolver pronto, a dar a su afición la alegría más importante de los últimos once años, los que hace que no participaba en la Liga de Campeones. Y lo hicieron los rojiblancos con arrestos y apoyados por un publico que llenó el recinto y lo tiño de fiesta, dispuesto a poner todo de su parte en busca del objetivo.

Pero el Deportivo se presentó en Madrid con un propósito impensable hace cinco meses, cuando frilteaba con el descenso. El equipo de Lotina busca un lugar en la Intertoto. Se apoyaba el Dépor para tejer sus contras en la velocidad de Manuel Pablo y Wilhelmsson por la banda derecha. Mención especial merece Manuel Pablo. El Atlético no había perdido la cara al partido, aunque sí parte del mando cuando se produjo la jugada que desató la euforia. Agüero cedió a Maxi Rodríguez y éste hizo el pase de la muerte que recogió Forlán para hacer el 1-0. Rondaba el Atlético el segundo tanto, pero el Deportivo llegaba con peligro al área de Franco, lo que desató un final intenso, con los nervios a flor de piel y en el que el Deportivo estuvo a punto de aguar la fiesta, al estrellar Taborda un balón al poste de Leo Franco.