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Por increíble que parezca, el Mallorca está a sólo un paso de volver a desfilar por las mejores pasarelas del continente. El equipo de Manzano, apoyado en una impresionante cadena de resultados, se sumergirá en la última jornada del ejercicio con muchas posibilidades de acampar la temporada que viene en la zona UEFA. Cuando todo parecía perdido, los rojillos se pusieron en pie con una espectacular victoria en el Camp Nou y le dieron la vuelta al calcetín en el que se alojan ahora los sueños europeos. A falta de noventa minutos para que la Liga se vaya de vacaciones, el conjunto balear ya divisa la orilla. Para renovar el pasaporte sólo hacen falta dos cosas: ganar al Zaragoza y que el Osasuna le eche una mano llevándose algún punto de los Campos de Sport de El Sardinero. Es difícil, pero visto lo visto, ya no vale la pena cerrar los ojos.

Casi nadie imaginaba un desenlace así. El Mallorca mantuvo la esperanza de abrochar el campeonato entre los seis primeros hasta que se cruzó en su camino el Sevilla. Ese día, un tanto de Dani Alves agotó la ilusión y el equipo se quitó las cadenas. Viajó a Murcia sin un solo gramo de presión en el equipaje y arrasó la Nueva Condomina con una goleada que suponía la primera piedra de la escalada. Después, instalado en la indiferencia de la tabla, recibió al Racing con el único objetivo de acercar a Güiza a Luis Fabiano, que por entonces presumía de Pichichi. Manejó el encuentro con cierta autoridad y tenía atado el marcador con una victoria mínima (2-1). Todos estaban contentos, menos Güiza. El jerezano no había marcado y no estaba dispuesto a irse del campo sin hacerlo. Insistió una y otra vez y cuando el partido se despedía, encontró la complicidad de Jonás, que le auxilió con una de las asistencias más valiosas del curso. El arquero batió a Toño y celebrño la diana por todo lo alto, aunque ni él ni sus compañeros repararon en la importancia del hachazo. Ese gol (3-1), servía para igualar el golaverage entre Mallorca y Racing, para acercar Europa. Tras el choque, Manzano reprendió a los periodistas que le insinuaban la posibilidad de volver a batallar por la UEFA, quizá por precaución o simplemente por falta de confianza. Sin embargo, el tiempo ha puesto al Mallorca en su sitio y se aproxima a la meta a una velocidad asombrosa.

En cualquier caso, el grupo isleño ha basado su candidatura en un esprint final de locura. Después de triturar a los mencionados Murcia y Racing plantó su bandera en el círculo central de San Mamés y recuperó el debate. En esas estaba cuando recibió a Osasuna. Los navarros, más necesitados y hambrientos que nunca, empezaban a meter un punto la maleta cuando apareció Trejo para mantener el fuego encendido. Firmó un polémico tanto con aroma a milagro en el tiempo añadido y arrinconó al Racing, que prolongaba su caída en casa frente al Sevilla.

Anoche los de Manzano cerraron un círculo que sólo necesita ser subrayado. Engarzaron la quinta victoria consecutiva y le quitaron el óxido a los números que rubricó Luis Aragonés poco antes de coger el volante de la selección española, a finales de la 2003-04. En aquella ocasión, los rojillos machacaron de forma consecutiva a Valladolid (1-3), Málaga (2-1), Real Madrid (2-3), Espanyol (4-2) y Celta de Vigo (1-2). Cuatro años más tarde ha actualizado esas cifras y el próximo fin de semana podría superarlas redactando un final perfecto, el epílogo soñado.

Ahora la plantilla isleña tiene una semana para preparar física y mentalmente el desafío. Son Moix, como ocurrió hace tres años, se pondrá el traje de gala para llevar al equipo hasta el cielo. Se espera otra noche histórica, una de esas veladas en las que la afición marca la diferencia. Habrá que tener una oreja puesta en Santander y el alma sobre la alfombra del ONO Estadi. No cabe otra posibilidad. Sobre todo, porque no hará falta ir muy allá ni desempolvar la calculadora. Para regresar a las competiciones continentales hace falta ganar y que el Racing no lo haga en su careo frente a Osasuna. En el caso de que los isleños empaten sólo habría premio a través una victoria navarra en la capital cántabra y eso, teniendo en cuenta que los del Cuco Ziganda se juegan la vida, tampoco parece imposible. Se admiten apuestas.

De todas formas, antes de mirar a cualquier otro sitio el Mallorca tendrá que maniatar a un Zaragoza desesperado. El cuadro maño cayó ayer a los puestos de descenso tras desaprovechar una oportunidad de oro ante el Madrid y sabe que una derrota en la Isla le condenaría al infierno. Además, durante los próximos días empezará a hablarse también de los famosos maletines. Agárrense, que vienen curvas.