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Gregorio Manzano manejó una plantilla base de veinte jugadores, aunque 26 futbolistas llegaron a vestir la camiseta rojilla durante la temporada en competición oficial. El venezolano Juan Arango fue el único integrante del plantel que intervino en los 38 partidos de Liga, mientras que el canterano Alberto López tuvo una presencia testimonial, con apenas nueve minutos el día de su debut en La Condomina.

Manzano tuvo que variar su pizarra desde el comienzo. La grave lesión del camerunés Pierre Webó obligó al entrenador andaluz a retocar su esquema habitual. Desplazó a Juan Arango a la punta de ataque junto a Güiza y situó en esa orilla a Jonás o Varela.

También la retaguardia ha sufrido varios retoques a lo largo del curso. Ballesteros, que abrió el campeonato como titular indiscutible, ha finalizado la Liga en la grada y con un pie fuera. Iván Ramis, primero, y David Navarro en el tramo final, se emparejaron con Nunes. En las orillas, Héctor y Fernando Navarro han sido sus dueños habituales. Molinero apenas se asomó, aunque disputó dos partidos completos en el último mes que maquilló una temporada desapercibida. Peor suerte tuvo Dorado, que se lesionó de gravedad ante Osasuna en la Copa y no volvió a aparecer.

En la sala de máquinas, Manzano tuvo que cambiar de cromo por la inesperada marcha del 'Guille' Pereyra, que en marzo fue traspasado al Lokomotiv de Moscú.

Ibagaza ha sido el encargado de mover a sus compañeros y de repartir asistencias para que Güiza explotara todo su olfato goleador. El Caño, que durante el curso superó los 200 partidos de Liga con la casaca rojilla, cerró el curso como el mejor pasador del torneo (13 asistencias).

Arriba, Güiza y Arango se han erigido en la pareja más goleadora del campeonato, con 39 goles entre ambos. Güiza se ha embolsado el Trofeo Pichichi y la Bota de Plata. Su esprint final no tiene precedentes: siete jornadas consecutivas marcando, 18 goles en la segunda vuelta... que ha desembocado en su convocatoria para la Eurocopa con la selección.