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Albert Orfila / Carlos Montes de Oca

Vicenç Grande no tiene prisa. Aunque su decisión de vender el Real Mallorca es firme, es consciente de las dificultades que entraña la operación en una época de recesión económica. El máximo accionista del Real Mallorca, tal y como anunció ayer Ultima Hora, está dispuesto a deshacerse del paquete de títulos que controla (algo más del 93%) y ha puesto la venta en manos de un prestigioso despacho de abogados de Madrid. Pero no hay un fecha límite. Ni mucho menos. De hecho, el presidente ha querido tranquilizar a la gente que le rodea y su mensaje es de ánimo: «Seguid trabajando como hasta ahora, como si yo tuviera que seguir diez años más», les ha comunicado Grande a su círculo de trabajo más cercano en las últimas horas de cara a un periodo clave para confeccionar el primer boceto del Mallorca 2008-09.

El presidente de la SAD balear tiene la venta de sus acciones en su mesa de trabajo. Pero sabe que la situación económica actual no es la más idónea. Y no quiere precipitarse. El estado de las cuentas del club gozan de una buena salud. Grande no tiene la necesidad acuciante de vender para sanear la caja de la entidad. Más bien lo contrario. Hoy por hoy, el Real Mallorca cuenta con un activo notable. La gran temporada ha provocado que un puñado de sus jugadores sean objetos de deseo de algunos de los clubes más 'grandes'.

Al margen del sondeo que está realizando el bufete de abogados de la capital de España, una caja de ahorros local, que recientemente ha pignorado (o empeñado) las acciones como garantía de crédito, también está buscando un comprador para el Real Mallorca. Aunque la cantidad está sujeta a diversas variables, Grande ha tasado en 40 millones de euros (unos 7.000 millones de las antiguas pesetas) el valor del 93% de sus títulos. El máximo accionista no quiere regalar nada. En los cinco años que acumula en el consejo de administración, en el que entró con una aportación mínima de un millón de euros (8% de las acciones), el empresario ha invertido algo más de 25 millones de euros en la compra de acciones y las diversas ampliaciones de capital que ha asumido el consejo para equilibrar las cuentas.

En este sentido, la situación económica actual del Real Mallorca está saneada. Y las perspectivas en un futuro cercano invitan a pensar en positivo. Incluso en que el club cierre el curso 07-08 con un ligero superávit.

Pero la situación personal del presidente no es compatible con la propiedad de un club de fútbol. La crisis en el sector del cemento y la desaceleración económica ha motivado la decisión adoptada por Vicenç Grande. Apartarse del club es un consejo de las entidades financieras con las que el presidente ha renegociado una deuda millonaria.

Esta situación contrasta con la estabilidad económica de la entidad. En el horizonte, además, se divisa una inyección económica extra en caso de que la Real Sociedad logre el ascenso a Primera División. Llegado ese extremo, la SAD balear ingresaría directamente 2'3 millones de euros por el traspaso de Víctor Casadesús. También por Jonás Gutiérrez entrará dinero en la caja. La venta del futbolista argentino le reportará a la entidad la mitad de su traspaso, ya que Vélez posee el 50% restante.

En este sentido, el presente verano se adivina como uno de los más rentables desde el punto de vista económica. En el club se da por hecha la venta de Daniel Güiza, por el que las arcas recibirán una inyección económica de 15 millones de euros más el IVA. La SAD balear no quiere negociar la venta del Pichichi del campeonato y siempre se ha remitido a su cláusula de rescisión. También Fernando Navarro y Mique Àngel Moyà están sobre la mesa de algunos clubes. La maquinaria de la entidad no se detendrá. Grande no tiene prisa ni hay una fecha subrayada en rojo. Pero el Mallorca está en venta.