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El nuevo plan de Cañellas, que cobrará hoy oficialidad para ser trasladado después a la práctica, establece una serie de puntos que raramente podrán pasar desapercibidos. Desde la paridad que se impondrá a partir de ahora cuando se corte la tarta de la subvenciones, a la nueva situación en la que instalarán las sociedades anónimas deportivas (SAD), que podrán que percibir la ayuda institucional por otros caminos, pero nunca a través de la fuente de Illesport.

En el caso de la paridad, parece lógica, aunque eso tampoco quiere decir que fuera esperada. El término, aplicado habitualmente a la sociedad y la política, va a sobrepasar esos límites para colarse de lleno en el reparto de ayudas por parte del Govern. Eso quiere decir que, a partir de este momento, existirá una simetría total entre los clubes masculinos y femeninos La única línea que marcará la diferencia procederá del propio deporte o de su categoría, nunca del género. El importe fijo del que se beneficiarán las deportistas a nivel colectivo será idéntico al de sus compañeros, siempre y cuando compitan en el mismo escalón y en condiciones clónicas. No habrá diferencia alguna.

El otro punto caliente aparta a las sociedades anónimas deportivas de la distribución de subvenciones. Así, ni el Real Mallorca ni el ViveMenorca tendrán derecho a asomarse al reparto. El nuevo modelo entiende que su capacidad para generar recursos está muy por encima de las del resto de invitados a la fiesta y que, al fin y al cabo, funcionan más como empresas privadas que como asociaciones deportivas. No se trata de retirarles la mano, sino de invitarles a que busquen por otro sitio. Quizá en el Institut Balear del Turisme (Ibatur), quizá en el respaldo de la radiotelevisión autonómica (IB3). La caja de la Fundació Illesport está cada vez más limitada y el deporte de la Comunitat, lejos de recular, sigue incrementando su nómina de embajadores en las plantas superiores.

Ésa es precisamente una de las raíces del problema al que se enfrentan últimamente los gestores de Balears en materia deportiva. Cañellas y su equipo llevaban tiempo advirtiendo que la herencia del Ejecutivo anterior era demasiado pesada y que había que apretarse el cinturón. Se avecinaban malos tiempos. Sin embargo, entre ese discurso repleto de austeridad han aparecido con fuerza más bocas a las que alimentar. O mejor dicho, hay tantas bocas como antes, pero ahora tienen mejor paladar. Es probable también que Cañellas se lo imaginara y que su única intención a la hora de exigir prudencia fuera la de preparar con antelación el terreno.