Croacia, por el contrario, buscó el balón. Y el juego colectivo fluyó por las botas de Luka Modric -el fichaje del Tottenham de Juande Ramos cuajó un gran partido- bien secundado por Niko Kranjcar y Niko Kovac.
Aprietos
Los dos goles croatas nacieron de combinaciones en la banda. Las subidas de los dos laterales, Danijel Pranjic y Vedran Corluka, y su asociación con los extremos Ivan Rakitic y Darijo Srna, puso en aprietos a la defensa alemana una y otra vez.
De las botas Pranjic salió el precisó pase con el que Srna fusiló a Jens Lehmann en el primer gol en el minuto 24. Los germanos veían cómo se les ponía cuesta arriba la cita a las primeras de cambio y estaban obligados a reaccionar para no dejar escapar tres puntos estratégicamente claves de cara al desenlace de la primera fase.
Jansen, criticado por su actuación ante Polonia, se lanzó más al ataque y a él se debieron algunas buenas asistencias, pero falló en la cobertura de la llegada de Srna.
El segundo llegaría en el minuto 62. Un centro de Rakitic impactó en un defensa y su disparo acabó en el palo, Olic, que andaba al quite, sólo tuvo que empujar el balón. Lehmann no pintó muy bien en la acción.
Mientras, a base de fuerza, Alemania llegaba a la portería de Stipe Pletikosa. Un cabezazo de Mario Gómez a pase de Marcell Jansen en el 25 y un disparo de falta potente de Michael Ballack fue lo más peligroso de la selección de Joachim Low.
Cristoph Metzelder, en el minuto 38 tuvo otra gran oportunidad en un saque de esquina, pero su balón se fue alto.
Sin embargo, si Niko Kranjcar hubiera tenido algo más de puntería, Croacia habría conseguido algo más en la primera parte, pero no quedaba tiempo para mucha cosa más.
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