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A. Orfila / C. Montes de Oca La suspensión de pagos presentada por Vicenç Grande puede tener efectos colaterales en el Real Mallorca, que está inmerso de lleno en el proceso concursal. Los títulos que posee el empresario, que alcanzan el 93%, pertenecen a la empresa Binipuntiró S.L., una de las sociedades incluidas en el concurso de acreedores. Esta circunstancia está provocando una situación de incertidumbre en el seno de la entidad. Desde las entrañas del club se están acelerando las operaciones de venta de futbolistas con el nombre de Daniel Güiza monopolizando todas las conversaciones. Y es que sobre el delantero jerezano recae una porción notable del futuro económico de la entidad. Su traspaso, previsiblemente al Fenerbahce turco, se antoja como la única vía de escape de una entidad que atraviesa graves problemas de liquidez.

El principal problema que debe afrontar el Real Mallorca es el pago de las nóminas de los futbolistas. La SAD balear acostumbra a ofrecer a todos los jugadores que han defendido la camiseta rojilla el curso anterior la posibilidad de liquidar el importe de sus fichas el próximo 30 de septiembre mediante unos pagarés, que tal y como está la situación no parece una forma de pago que sea aceptada por todos los inquilinos del vestuario. Los bancos le han cerrado el grifo a la entidad, que durante esta etapa deberá autofinanciarse.