Vicenç Grande se dio ayer un baño de masas en la III Trobada de Penyes Mallorquinistas en Lluc. El máximo accionista del club balear anunció a la conclusión de la comida, que reunió a cerca de 650 aficionados, entre socios y simpatizantes, que su intención no es dimitir como presidente del Mallorca. El empresario diferencia la presidencia del club del concurso de acreedores en la que está inmersa la promotora Drac, por lo que su intención es la de continuar al frente de la SAD Balear. «No dimitiré como presidente», dijo Grande a sus aficionados. Éstos respondieron con otro grito prácticamente a coro «presidente, presidente, presidente...». Grande recogió de nuevo el testigo para añadir que «cuando vienen mal dadas no me voy nunca y me quedaré con vosotros. Os lo merecéis», dijo en su breve, pero intensa alocución el máximo responsable de la entidad mallorquinista.
La jornada de compañerismo fue un éxito y a los sesenta aficionados que subieron a pie desde Inca al monasterio se unieron el resto a medida que transcurrió la mañana. Grande no paró de recibir muestras de apoyo durante la mañana y la gran mayoría de seguidores concentrados en Lluc y consultados por este periódico es partidario de que Grande no deje el Mallorca y diferencian lo que es el problema empresarial por el que atraviesa Drac y la presidencia del Mallorca.
A las doce del mediodía tuvo lugar la misa en honor por los doce años consecutivos que el Mallorca lleva jugando en Primera División. Jaume Alemany ofició la ceremonia y él junto a Miquel Balle fueron nombrados por el Obispo de Mallorca, Jesús Murgui, como capellanes oficiales del club.
Grande obsequió a Alemany con una réplica del estadio de Son Moix y también tuvo lugar una ofrenda floral en honor a la Mare de Déu de Lluc. La basílica estaba completamente llena y en su sermón, el capellán destacó que «cuando el Mallorca gana, ganamos todos. El deporte, la lucha y la constancia concuerdan con el humanismo cristiano. Hemos escuchado el Evangelio que nos indica que no hay que tener miedo y con constancia y lucha no hay por qué tenerlo», comentó.
A la conclusión de la homilía, los mallorquinistas se dirigieron a la zona habilitada para disfrutar de una excelente paella elaborada por Nadal Real, del Restaurante Es Pou, que cocinó tres paellas para 200 personas cada una en la que necesitó 85 kilos de arroz. Las paellas contaban con ingredientes de primera calidad: Pollo, conejo, cerdo, 'carn magra', alubias, calamar y langostino y de postre, 'gató' con helado. Peñas de toda mallorca asistieron al evento, Artà, Llucmajor, las clásicas como la Arrabal o la Graderío, de Felanitx, Llucmajor, De Aviación, Valldemosa, Cara Rual Son Dameto, Barralet y prácticamente de toda la Isla. La Mare de Déu de Lluc cuidará de que el Mallorca siga subiendo al monasterio con el traje de Primera División.
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