Los jugadores de la selección durante su recorrido por las calles de Madrid, a su llegada a la Plaza de Colón. Foto: ACERO

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Efe|MADRID
Iker Casillas, capitán de la selección española, fue el encargado de levantar ante los miles de aficionados que llenaban la plaza de Colón, la Copa que acredita al combinado nacional como campeones de la Eurocopa, un acto con el que se alcanzó el clímax de la jornada de fiesta que se vive en la capital de España. Arropado por todos sus compañeros y del entrenador, Luis Aragonés, el que ha sido nombrado mejor portero del campeonato, recibió el mayor homenaje de la tarde cuando levantó la copa que España no conseguía desde el año 1964, cuando ganó en la final a Rusia gracias a un gol de Marcelino.

Antes, los protagonistas del mayor éxito cosechado en los últimos tiempos por el fútbol español aparecieron en un autobús descapotable dando saltos entre los vítores de los aficionados que arroparon con calor a sus ídolos. Muchos llevaban desde las 17:00 horas aguantando el bochorno para conseguir ver a los héroes de Viena más de cerca. La Plaza de Colón se tiñó de rojo para disfrutar de la fiesta con los protagonistas del mayor éxito del fútbol español desde hacía cuarenta y cuatro años. Los cánticos y abrazos entre los futbolistas fueron permanentes. La euforia no se desligó un sólo momento de los componentes del equipo nacional, que subrayaron la unión que han mantenido a lo largo de su estancia en Suiza y Austria. Una de las grandes sorpresas de la jornada llegó directamente desde el cielo y motivó un momento de éxtasis emocional.