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Fernando Fernández

Un 9 de julio de 2007, hoy hace justo un año, la vida de Mateu Cañellas Martorell (Inca, 1972) dio un giro radical. Uno de los mejores atletas que ha conocido Balears juraba como conseller d'Esports con la misión de afrontar la peligrosa herencia dejada por el anterior Ejecutivo. Palma Arena, Centro de Tecnificación de Manacor, un agujero espectacular en la tesorería, concretar la Llei de l'Esport y una larga serie de asignaturas pendientes que copan la agenda del dirigente no le han impedido hacer un balance «positivo» de su primer año al frente del área de Esports del Govern. «Ha sido un año intenso, de solucionar problemas y sacar adelante el día a día. Ha sido duro e intenso, porque las circunstancias no nos han acompañado. Pero lo bueno que nos ha permitido es tener contacto directo con la gente y conocer la realidad del deporte a pie de pista», explicaba Cañellas, quien admite que «este tiempo nos ha ayudado a perfilar nuestro modelo deportivo y de gestión que queremos culminar el 30 de mayo de 2011».

La falta de liquidez en la tesorería de Esports «y de todo el Govern», recuerda el conseller, ha hecho que su área de gestión «no sea inversora. Luchamos por los 26 millones de euros que tenemos, que no son suficientes. Intentamos tener lo mínimo de lo mínimo. No haremos grandes cosas, pero sí cubriremos las necesidades básicas, sin hacer grandes brindis al sol. Nuestro trabajo es más de gestión que de grandes hitos y hechos relevantes, pero si eso va a ayudar a estructurar y regular el deporte, habremos cumplido nuestro objetivo». Pese a todo, Cañellas no esconde que los problemas de tesorería «limitarán cierto tipo de acciones. Nos obligarán a gestionar y optimizar los recursos. Tendremos que administrar el dinero del deporte como una empresa privada».

La parte positiva de esta línea de actuación la contempla el titular de Esports en posibilidad que se plantea «de acabar con viejos y malos vicios. Debemos ser más creativos y pensar que ese dinero es como si fuera nuestro», asevera el inquer, que a la hora de hablar del Palma Arena y el Centro de Tecnificación de Manacor agudiza su discurso. «El Centro no es polémico para nosotros, tendría que serlo para el que lo planteó de esta manera. La pena es intentar politizar esa situación. Del Palma Arena, casi lo mismo. Alguien decidió hacerlos así y nuestro reto es rentabilizarlo», dice a la vez que recuerda que «no todo lo que hizo el PP en el Govern estaba mal. De hecho, mantenemos algunas de sus iniciativas, como los desplazamientos interislas gratuitos».

Manacor

Pese a todo, Cañellas se queda como lo mejor de este año «con la unanimidad de todo el entorno para intentar arreglar lo que se ha generado en torno al Centro de Tecnificación de Manacor. La sensación de que se quería poner fin y las buenas sensaciones que me ha dejado. Poco a poco, la situación se va reconduciendo y eso es bueno para el deporte balear y para las Islas, ya que tenemos el lujo de disponer de un embajador único como Rafael Nadal».

Lo peor «ha sido la impotencia ante algunas situaciones. Ver que no puedes hacer nada, eso te deja tocado, pero tienes que mirar al frente porque esto es una lucha diaria», admite Cañellas, quien de cara a los tres años que restan perfila varias líneas de actuación. El conseller fija un bloque prioritario que incluye el Plan de Ayudas a los Deportistas y las aportaciones de Illesport y a las Federaciones. «Hay que normalizarlas con unos criterios transparentes, como los que presentamos. También trabajamos en un plan de mantenimiento y optimización de las instalaciones, y otro de soporte al deporte con formación, tecnificación, normalización y legislación y soporte biomédico como ejes», prosigue el mandatario de Esports, que espera «en breve» poder dejar cerrado el capítulo del Decreto de Federaciones y el reglamento electoral, puntos claves en una Llei de l'Esport que ha empezado a activar con elementos como la Assemblea de l'Esport. Uno de los primeros frutos de una legislatura intensa.