TW
0

Ginés Muñoz|MÀLAGA
Se volvieron a quedar a las puertas, pero esta vez no a las del podio, como en Sevilla'97 y Belgrado'06, sino a las puertas del oro. España no pudo en esta ocasión con Rusia (8-9), a la que ya había ganado en la fase de grupos, pero se colgó una medalla por primera vez en su historia, aunque finalmente haya sido la de plata. Y con la mallorquina Blanca Gil ejerciendo de lo que es. De estrella. La waterpolista balear fue la referencia ofensiva de España en la final (4 goles) y fue elegida mejor jugadora del Europeo, redondeando con la plata una temporada en la que también ha sido campeona continental con su club, el Orizzonte Catania italiano.

España plantó una dura batalla desde el primer minuto de juego, cuando ganó la posesión inicial y Gil adelantó a su equipo en la primera jugada del partido. Sin embargo, el equipo de Alexander Kleymenoz no le intimidó ni mucho menos el buen arranque de las jugadoras españolas ni la presión de la grada.

Al final del primer cuarto, dos goles de Belyaeva pusieron a Rusia por primera vez por delante (2-3) y, a partir de ahí, España ya fue siempre a remolque en el marcador. Con un defensa muy agresiva, especialmente sobre las boyas Gil y García, Rusia empezó a mantener a España alejada de su portería y a mostrarse letal en las jugadas en superioridad. Gil, la estrella española, volvió a parecer para recortar diferencias poco antes del descanso (3-5), pero de nuevo Belyaeva, en otra jugada en inferioridad de las anfitrionas, puso a su equipo tres goles arriba (3-6) al final del segundo período. Dos tantos de Pantyulina, el primero de penalti, al principio del tercer cuarto, parecían dejar prácticamente sentenciado el partido (3-8), pero Gil se echó de nuevo el equipo a la espalda con dos goles de 'crack' y García, con un lanzamiento lejano, pusieron a España a dos tantos de Rusia (6-8).