14/07/08 0:00
Fernando Fernández
El de Sachsenring no es un circuito que agrade demasiado a Jorge Lorenzo. No en vano, es uno de los pocos en los que no ha hecho sonar el himno español y sólo un tercer puesto (2006, en 250) le ha permitido visitar su podio. El enrevesado inicio del karting, las peligrosas puntas de velocidad intermedias y la subida de la recta de meta hacen de la pista germana un escenario singular de un Mundial que ayer dio un vuelco. La espectacular caída de Dani Pedrosa le puede hacer perder el tren de Laguna Seca y el del Mundial. Rossi manda, pero Stoner asusta. Pero la lluvia se encargó de hacer más dramática e intensa una jornada complicada para los españoles. Más, cuando en el primer cuarto de carrera en MotoGP se iban por los suelos sus dos bazas. Antes de Pedrosa (a quien ya sitúan de compañero para 2009 a Andrea Dovizioso), Jorge Lorenzo rodaba por el asfalto y la gravilla. Había salido mucho mejor de lo habitual, incluso 'por fuera' se permitió un conato de remontada, pero cuando menos lo esperábamos, yendo sólo y en tierra de nadie, fue víctima de uno de sus más temibles enemigos. Un adversario, la lluvia, al que pareció haberle tomado la medida, pero que ayer le recordó que le resta trabajo por hacer.
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