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La vida deportiva de Rafa Nadal se ha ido sucediendo de forma vertiginosa desde que en 2002 disputara y ganara su primer partido en un torneo oficial de la ATP. En abril de ese año el tenista de Manacor acudía por invitación al Internacional Series de Mallorca y ganaba en primera ronda al paraguayo Ramón Delgado, por aquel entonces 81 del mundo. Nadal ganó por 6-4 y 6-4 ocupando el puesto 762. En esos momentos el mundo todavía no conocía a Rafa y sólo los que le habían seguido desde su más tierna infancia, intuían que podía ser el inicio de una gran aventura deportiva. Sin embargo, ni los más optimistas pensaban que sólo seis años después de ese partido disputado en Nova Sport, ese niño tendría en sus manos ser el número 1 del tenis mundial.

Quien tenía una fe ciega en él era Toni Nadal, su tío, su mentor, su entrenador, el hombre que formó al campeón, que creyó en él y le empujó al estrellato. Toni también tuvo una fe ciega en su hermano Miquel Àngel y también influyó en su personalidad deporiva para que pudiera ser uno de los jugadores más importantes que ha dado el fútbol español. Con Rafael fue diferente porque todo fue muy rápido, increíblemente rápido para un mundo tan complicado como el del tenis. Si 2002 marcó el inicio de una leyenda, 2003 fue el año en que tomó contacto con sus dos primeros torneos de Grand Slam. Cayó en tercera ronda en Wimbledon y en segunda en el USA Open.

Los acontecimientos empezaban a precipitarse y el mundo tenístico empezaba a mirar con curiosidad a un chico que sin llegar a los 20 años exhibía una madurez descomunal dentro de la pista. 2004 fue el despegue definitivo de Rafa. La Copa Davis le encumbró al estrellato. En la final entre España y Estados Unidos disputada en diciembre, la actuación de Rafa fue clave en la victoria del combinado nacional. El de Manacor derrotó a Andy Roddick. Ese mismo año ganó su primer título ATP en Sopot, Polonia. 2005 marcó el inicio de su fulgurante carrera de títulos. Desde ese año, hasta ayer mismo, el mallorquín ostenta cuatro títulos de Roland Garros, un Wimbledon y 12 títulos de Masters Series, superando a Pete Sampras con 11, situándose a dos de Federer (14) y muy cerca también de Agassi que acumula 17.

Lo más previsible es que la semana que viene Nadal sea número 1 del mundo. En estos momentos lleva 152 semanas como número 2 y varios meses sometiendo a Federer a una presión que ni el propio jugador suizo puede soportar.

Rafael se acerca a pasos de gigante, domina la práctica totalidad de superficies, se repone a las lesiones y exhibe un juego tan dominante como perfecto en muchos lances de los partidos.

Sin duda Nadal está preparado para ser el mejor tenista del mundo y si las lesiones le respetan, los especialistas vaticinan que el de Manacor puede estar muchas semanas en la cima del tenis mundial. La leyenda no ha hecho sino comenzar.