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Fernando Fernández |PEKIN
Los últimos días de Joan Llaneras como ciclista profesional le preparan dos retos de enormes dimensiones. Él decidió cerrar una trayectoria modélica en los Juegos de Pekín, y a la capital china llega con dos pruebas en su agenda. La puntuación y la americana componen el programa del porrerenc, que hoy entra en escena en el velódromo de Laoshan. Lo hará en la prueba que concentra el grueso de sus esfuerzos. Tras una larga aclimatación a las condiciones de Pekín, realizada en Mallorca y con stages en altura como el de Sierra Nevada, y adaptado del todo al horario olímpico, Llaneras quiere escribir con letras de oro las últimas páginas de su vida deportiva.

El laureado pistard, siete veces campeón del mundo y doble medallista olímpico, regresa a un escenario y en una prueba que le traen buenos recuerdos. El pasado invierno, aunque en unas condiciones muy diferentes a las actuales (frío y clima seco), el futuro responsable de la parcela deportiva del Palma Arena vencía en la prueba a los puntos de la manga de la Copa del Mundo celebrada en el velódromo de Laoshan, como test previo a los Juegos.

Ahora, va más en serio. En juego están la gloria olímpica y el recuerdo de una despedida imborrable para el mejor ciclista español de pista de todos los tiempos. Sus cuatro títulos mundiales de puntuación (1996, 1998, 2000 y 2007, este último en Palma) y los tres de americana que atesora (1997, junto a Miquel Alzamora, 1999 y 2006, haciendo pareja con el desaparecido Isaac Gálvez), además de victorias en la general de la Copa del Mundo (2004), varias pruebas de la misma y Campeonatos de España, sin dejar de lado su historia en ruta (ONCE y Motorola-US Postal) y los incontables reconocimientos institucionales que ha recibido, hablan de la personalidad que baja la persiana en Pekin, donde persigue la que sería su tercera medalla consecutiva en unos Juegos Olímpicos, tras el oro de Sydney y la plata de Atenas, ambas en esta modalidad, la carrera a los puntos, una rama en la que la inteligencia y unas buenas piernas son dos armas imprescindibles para aspirar a algo.

El primero de los dos retos aparece esta mañana (11:40, hora española; 17:40 en Pekín). La puntuación deja el listón muy alto. Llaneras defiende su plata y todos tienen en mente tres cosas: que en Sydney fue campeón olímpico, que en el Mundial de Palma barrió de la madera al resto, y que su grado de motivación es superior al del resto, siempre con una dedicatoria especial para la presea que caiga: para el fallecido Isaac Gálvez.

Su puesta a punto ha sido metódica. Pocos como él saben programarse con tanta exactitud para llegar al momento justo en plenitud de facultades y a Joan se le nota en la mirada que el de hoy no es un día cualquiera. Tenía esperanzas depositadas en la americana. Él deseaba correr aquí con Isaac Gálvez. El destino le jugó una mala pasada a su compañero, pero parecía que Carles Torrent era una opción válida. Dos caídas y dos lesiones de gravedad, en especial la última -se accidentó en Portugal, en plena ascensión, fracturándose el fémur- dejaron al catalán fuera de combate y a Joan sin pareja. Hasta que apareció un Toni Tauler pletórico de forma y que ha demostrado ser un todoterreno. Llaneras se lo propuso al seleccionador, Dídac Navarro, y tanto el técnico como Toni aceptaron el desafío.

La carrera a los puntos, sobre cuarenta kilómetros y a unos promedios infernales, está llamada a ser un constante marcaje a la rueda de Llaneras, quien tiene clara y no esconde cuál será su táctica. «Habrá que endurecer la carrera para desgastar a los rivales. Entonces será el momento de atacar, pero creo que vamos a tener que esforzarnos mucho, porque los hay que vienen muy fuertes y ganar vuelta va a ser una misión compleja, por no decir que luchar en los esprints también», explicaba el mallorquín tras su última sesión de entrenamiento en la pista de Laoshan. El hecho de haberse reducido el arco de posibilidades en la Madison hace que «concentre casi todos mis esfuerzos en la puntuación. Sé que con Toni (Tauler) podemos hacerlo bien, pero las medallas se han puesto muy caras. En la puntuación me muevo bien y espero que el calor me ayude a conseguir un fuerte ritmo con el que romper la carrera», explicaba el auténtico líder del equipo español de pista y una opción siempre presente en el posible medallero.

En sus cuartos Juegos (desde Atlanta hasta Pekín), Llaneras rodará sobre una bicicleta diseñada específicamente para el de Porreres. Un modelo exclusivo del fabricante Cervélo con la banda arco iris de campeón del mundo que le identifica como uno de los monarcas de la puntuación a lo largo de la última década. Sobre los rivales, Joan sabe que dos son los que más precauciones obligan a tomar. El ruso Mikhail Ignatyev -campeón olímpico en Atenas- y el bielorruso Vasili Kiryienka -campeón del mundo- pueden formar una alianza peligrosa para los intereses del representante español. «Corren juntos y si unen fuerzas, tendremos un problema. Además, son dos consumados especialistas y siempre hay que tenerles en cuenta». Además, no descarta que otros como el británico Chris Newton, el holandés Peter Schep, el francés Christophe Riblon (subcampeón del mundo) o el australiano Cameron Meyer se metan en la puja por las medallas.