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Pau Aguilar Alrededor de un centenar de paisanos recibieron ayer por la tarde en el Aeropuerto de Son Sant Joan al gran triunfador de la delegación española en los Juegos Olímpicos de Pekín: Joan Llaneras, aunque el gran homenaje al mejor olímpico español de todos los tiempos tuvo lugar en Porreres agasajado por todos sus vecinos. Dos autocares repletos de seguidores del doble medallista se desplazaron desde la localidad natal del ciclista para darle la bienvenida a la Isla después de haberse coronado en China y como preludio al final de fiesta en la Plaça de Vila.

Los incondicionales del campeón porrerenc habían repartido numerosas carracas entre los asistentes para que se hiciesen notar en el instante en que Llaneras dejara verse. Además de ello, habían diseñado también cinco pancartas para que pudiese leer los elogios nada más salir por la puerta de la terminal. Las dos más notorias de ellas decían lo siguiente: «Con tu esfuerzo has dado a conocer Mallorca por todo el mundo», «Enhorabuena, Joan», y fueron diseñadas por el Grup Güell y el Ajuntament de Porreres respectivamente.

La salida de Llaneras estaba prevista para las 18.30, pero no fue hasta pasadas las siete cuando el campeón apareció. Fue entonces cuando empezó el verdadero recibimiento.

Llaneras, que escuchó con emoción los gritos de sus seguidores mientras abrazaba a sus dos hijos, recibió amablemente a todas las personas que se le acercaron para hacerse una foto con él. Tras superar la muchedumbre, y no sin antes saludar a sus padres, el porrerenc atendió a los medios. Llaneras se mostró emocionado y tardó en pronunciar sus primeras palabras ante la Prensa, que fueron un reflejo de su estado: «Esto es una pasada». El porrerenc vio cumplido su sueño de abandonar el ciclismo profesional con una medalla de oro y una de plata en los Juegos. «Era mi gran objetivo, poderme retirar como profesional así», afirmó Llaneras.

Llaneras confía en que lo aprendido en tantos años de profesión le sirva para ayudar al ciclismo desde su nueva actividad profesional (será el director técnico del Palma Arena). «Esperemos que la experiencia que he tenido la pueda aprovechar en beneficio de todos». Ahora que el ciclismo nacional se queda sin el mejor representante de su historia, Llaneras espera que algún día llegue su sucesor, y que, «por el bien del ciclismo», sea cuanto antes.

Acto seguido, el campeón partió hacia Porreres, donde le esperaba la gran fiesta con toda su gente. Llaneras llegó a su pueblo cerca de las 21.30 en un coche descapotable y en compañía de sus hijos. El alcalde de Porreres, Bernat Bauçà, el director general de Esports del Govern, Mateu Cañellas, el regidor de Esports del Ayuntamiento de Porreres, Jaume Martorell, el presidente de Unió Mallorquina, Miquel Nadal y el compañero del subcampeón olímpico de la prueba Madison, el ciclista de Santa Margalida Toni Tauler, le esperaban a su llegada.

Después de una introducción por parte de Jaume Martorell, se proyectó un vídeo con imágenes que repasaban toda la vida deportiva del ídolo porrerenc, desde que era tan sólo un niño hasta que se subió al podio de Pekín por segunda vez la semana pasada. Acto seguido, el alcalde Bernat Bauçà realizó un discurso en el que alabó la labor de Llaneras durante toda su carrera y le agradeció llevar el nombre de Porreres allí donde va.

El pistard recibió como muestra del reconocimiento de su pueblo numerosos obsequios, entre los que destacó una placa. Tras Bauçà, tomó la palabra el director general de Esports, Mateu Cañellas, que agradeció a Llaneras todos los éxitos defendiendo la bandera de Mallorca.

Después de todos los actos protocolarios, llegó el momento de que los padres del protagonista subieran al escenario. Llaneras se mostró muy emocionado en todo momento, tanto que le costó mucho trabajo empezar el discurso con el que estaba previsto que terminara el homenaje. El campeón agradeció todo el apoyo recibido y quiso hacer una mención especial a sus familiares, «han sido los que me han aguantado toda la vida». Llaneras cerró la ronda de parlamentos y los fuegos artificiales pusieron el broche al acto.