España, que buscará el sexto título de su historia seis años después de su última final, ganada a Eslovaquia en el 2002 en Gran Canaria, se ejercita en las instalaciones del Club de Campo Villa de Madrid, escenario de la eliminatoria contra Rusia.
Anabel Medina, primera raqueta española, y Virginia Ruano, tenista veterana y nexo de unión entre las dos generaciones del tenis femenino español, llegaron a Madrid el lunes, tras disputar el Abierto de Estados Unidos.
Margets ha intensificado ya la preparación de las jugadoras, con doble sesión de entrenamiento, en lo que es una situación histórica para el tenis femenino.
«El equipo está ilusionado con esta final. Nos hace una ilusión extra porque hace seis años que el equipo no estaba en la final y sobre todo porque es en España. Recuerdo el calor del público en la última ocasión, frente a Estados Unidos, y espero que sea lo mismo», dijo Margets.
«Al ver el cuadro al principio de temporada me asusté un poco porque fue uno de los peores que nos hemos encontrado, uno de los más duros de los últimos años. Hemos logrado alcanzar la final disputando todas las eliminatorias fuera. Las finales son para jugarlas, pero sobre todo para intentar ganarlas», dijo.
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