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Carlos de Torres |ALTO DEL ANGLIRU
Alberto Contador, del Astana, dio un paso decisivo en la Vuelta al imponerse con autoridad y maestría en la etapa reina, disputada entre San Vicente de la Barquera y el Alto del Angliru, el «Olimpo» del ciclismo español, donde el maillot oro fue a parar al «dios» de los escaladores, ya a un paso de poner su nombre en la lista de ilustres que han ganado las tres grandes por etapas.

Contador, de 25 años, sentó cátedra en la pared asturiana. Demostró su condición de mejor escalador del mundo con una subida trepidante. Entró disparando, señalándose el pecho tras su heroicidad, en solitario, con un tiempo de 5h.52.34. Alejandro Valverde (Caisse D'Epargne), herido en su orgullo entró segundo a 43 segundos y tercero fue su compañero «Purito» Rodríguez a 57. A continuación cruzaron Levi Leipheimer a 1.04 y Carlos Sastre a 1.29, rendido ante el poderío del madrileño.

Contador se vistió de oro en la mítica cima del Angliru, donde los ganadores, como lo fueron antes Chaba Jiménez, Gilberto Simoni y Roberto Heras, se abren un hueco en la leyenda del ciclismo español. Y tomó impulso para poner su nombre junto al de Anquetil, Hinault, Merckx y Gimondi, los héroes que han ganado Tour, Giro y Vuelta.

Su hazaña tuvo lugar en Asturias, donde esquivó la muerte en 2004 cuando sufrió una caída por un cavernoma cerebral a la entrada de Infiesto. Remontó el puerto de la vida y ahora a 60 kilómetros de aquel accidente, firmó una victoria inolvidable.

El líder del Astana ya está de oro líder, con su compañero Leipheimer a continuación a 1.07 minutos y Carlos Sastre a 3.01.
Una etapa Tour que nació a nivel del mar y desembocó a un paso del cielo, donde los pulmones echan de menos un poco más de oxígeno. Los altos del Ortigueiro (3a) y los de Arnicio y La Colladona, ambos de primera categoría, abrieron el apetito del pelotón, que anduvo entretenido en la persecución de tres anónimos Kern, Tjallingi y Jurco.

El Astana encendió la traca en el ascenso del Cordal. Los hombres de Contador tomaron al ritmo que tocaba el portugués Sergio Paulinho, un paso exigente, de desgaste, que redujo el pelotón a 20 unidades. El primer eliminado, con antelación, fue el vasco Igor Antón, el escalador del Euskaltel que soñaba con la victoria en el Angliru 24 horas antes, durante la jornada de descanso. El de Galdakao aterrizó al trazar una curva a la izquierda en el descenso del Cordal y se marchó a casa.

«Bienvenidos al Olimpo del ciclismo», dice. Un anuncio del comienzo de la tortura que supone este puerto de 12'5 kilómetros que ofrece rampas hasta del 23'5 por ciento de desnivel. El Astana mantuvo la batuta. Ahora Kloden, después Rubiera, y luego Leipheimer y Contador de directores de orquesta. Todo un recital.

Pero hubo rebelión en La Cuesta les Cabanes (21'5 % de pendiente). Atacó Valverde, con cuentas pendientes. Se le pegó Contador, también «Purito» Rodríguez, pero no Leipheimer, ni Carlos Sastre, ya en el papel de perseguidores.

El golpe de mano llegó en Los Lugones (15'4 por ciento). El ganador del Giro sacó a relucir el molinillo para marcharse en solitario hacia la meta. Valverde aguantaba en torno al minuto, cerca Leipheimer. Sastre puso su ritmo y no se cebó. El del Barraco cedió.

Cuatro kilómetros de academia llevaron a Contador hasta la cumbre. También sufrió, es humano, dentro de una sensación de facilidad para trepar muros asfaltados
La segunda etapa de montaña en Asturias unirá Oviedo con la estación de esquí de Fuentes de Invierno, en el Alto de San Isidro, con un recorrido de 158'4 kilómetros con seis puertos, tres de 1ª.