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Albert Orfila / Carlos Montes de Oca

La venta del Real Mallorca entra en su recta final. Los administradores concursales dieron traslado el pasado martes al juez Víctor Fernández, titular del Juzgado de lo Mercantil número 1 de Palma, de la oferta unilateral presentada por Paul Davidson el pasado 10 de septiembre para adquirir el 90% de las acciones de la SAD Balear. Si el magistrado resuelve de forma favorable y autoriza la operación -el proceso puede solucionarse en diez o quince días- el empresario inglés se convertirá en el primer propietario extranjero del Real Mallorca en sus 92 años de historia...

Este capítulo se antoja el penúltimo de un culebrón que se ha prolongado durante todo el verano, desde que el pasado 21 de julio Vicenç Grande y Paul Davidson alcanzaran un preacuerdo por el traspaso de poderes.

El empresario inglés, que regresará a la Isla entre hoy y mañana después de atender a sus negocios particulares en Londres durante la última semana, es en estos momentos el único comprador potencial de la SAD balear. Las opciones de otros posibles empresarios interesados en adquirir el paquete accionarial están prácticamente descartadas y, ante la falta de noticias de terceros, los supervisores concursales optaron por remitir el informe al juez, que deberá conceder su aquiescencia al acuerdo.

Tal y como desveló ayer este periódico, la opción de Davidson siempre ha sido la opción preferencial para los administradores. Primero porque es el único que ha firmado una opción de compra. Y, segundo, porque la oferta unilateral sellada el día 10 del mes pasado le obliga a adquirir el 90% de las acciones en poder de la familia Grande por 38 millones de euros. El actual presidente mantendrá un 2% del accionariado y formará parte del nuevo consejo de administración.

Una vez que el juez dispone ya en su poder de toda la documentación, el futuro de la SAD balear podría disiparse antes del día 15 del presente mes.

Si es así y no aparece ninguna otra oferta de última hora por el camino, el fontanero se convertiría en el nuevo propietario de la SAD balear y empezaría a desarrollar su faraónico proyecto en la Isla.

El contrato definitivo ya fue redactado por los abogados de las dos partes y además del precio final -38 millones de euros que el magnate ya tiene transferidos en un banco de Mallorca-, en el mismo se incluyen una serie de cláusulas relevantes.

Una de ellas refleja que Vicenç Grande seguiría presidiendo la entidad, tal y como se anunció cuando salió a la luz el preacuerdo inicial. Además, el club no podrá cambiar de sede y Davidson tampoco podría vender las acciones durante un tiempo determinado. El contrato de compraventa, que firmó el empresario británico la pasada semana, es un mero trámite dentro de la operación, ya que todavía está pendiente que Vicenç Grande lo rubrique. Asimismo, se ha elaborado un informe para el Consejo Superior de Deportes, que debe supervisar el acuerdo y rubricar que Davidson cumple todos los requisitos, es decir, que no posee una participación notable de acciones en otro club de fútbol. Es un mero trámite.

Cabe recordar que el pasado 9 de septiembre presentó una carta de recomendación financiera para demostrar su solvencia y se adelantó al resto de los pretendientes que merodeaban por el ONO Estad. Freddy Shepherd, el primero en interesarse por la situación del club, y el austríaco Dietrich Mateschitz, han arrojado la toalla.

El magnate inglés tiene previsto desembarcar en la Isla con un tratado de intenciones bañado en ambición. Una de sus metas es convertir la marca Real Mallorca en un referente mundial para generar ingresos a través de varías vías y hacer además del club un reclamo turístico en todo el mundo. Respaldado por un amplio equipo de colaboradores en el que destaca el ejecutivo Keith Wyness -ex director general del Everton y uno de los profesionales más reputados de la Premier- compaginará los intereses de su empresa, Fluid Leader Group, con la evolución del nuevo Mallorca. Parece que el culebrón se acaba y que Paul Davidson será el nuevo propietario de la SAD balear.