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Paul Davidson está ansioso por asumir las riendas del Real Mallorca SAD. El magnate británico, que el martes recibió la autorización del acuerdo de compraventa por parte del juez mercantil Víctor Fernández, ha dejado en manos de sus abogados los últimos pasos previos a su llegada al poder y confía en hacer efectivo el pago de los 38 millones de euros el próximo lunes. El fontanero, que se encuentra estos días en Londres atendiendo sus negocios personales, espera cerrar entre hoy y mañana todos los trámites burocráticos para hacerse definitivamente con su nuevo cargo a la vuelta de Sevilla, donde presenciará el partido de Liga entre el Betis y el equipo de Manzano.

Después de casi seis meses de movimientos, la venta de la principal entidad deportiva de Balears apura los episodios finales. El auto dictado por el titular del Juzgado de lo Mercantil número 1 de Palma le ha dado al proceso el empujón que necesitaba y lo único que resta ahora es que la maquinaria siga su curso.

El otro requisito indispensable para que la operación fructificara era el visto bueno del Consejo Superior de Deportes (CSD), que también ha dado su autorización al reconocer que Davidson no se halla en ninguna de las causas de incompatibilidad previstas por el Real Decreto sobre Sociedades Anónimas Deportivas, ya que no posee acciones de ninguna otra SAD española. De esta forma, la única pieza que falta por encajar en el puzzle la tiene que colocar el propio empresario inglés mediante la entrega de uno o varios cheques bancarios nominativos a favor de la parte vendedora y dispone para ello de un plazo improrrogable de diez días hábiles. Además, debe producirse también la liberación simultánea de las acciones pignoradas, ya que Sa Nostra, Banco de Sabadell y Caja de Ahorros del Mediterráneo entregarán sus títulos cuando cobren los 12 millones de euros que les adeuda Binipuntiró. A partir de ahí, se otorgará la escritura pública y Davidson será a todos los efectos el primer propietario extranjero en los 92 años de historia del Mallorca.

El londinense aterrizará el lunes en Palma dispuesto a asumir la vara de mando. El fin de semana viajará directamente de su país a Sevilla para estar el domingo en las gradas del Ruiz de Lopera y quiere que a su regreso a la Isla todo esté a punto para depositar los 38 millones de euros acordados como pago por el 91'24% del capital social del club isleño. Entonces empezará de verdad la era Davidson.

Mientras llega ese momento, el inglés va perfilando sus primeras iniciativas como propietario. Aunque la entidad mantendrá los pilares básicos de su estructura (Grande seguirá siendo el presidente y se conservará todo el armazón de la parcela deportiva), Davidson desembarca con una serie de ideas y proyectos que intentará desplegar de inmediato. Entre ellos destaca la búsqueda de un patrocinador, la expansión de la marca Real Mallorca o incluso, la llegada de posibles fichajes durante el próximo mercado de invierno. Sin embargo, el fontanero no empezará a exponerlos hasta la semana que viene, hasta que estén bien atados todos los cabos.

Mientras se prepara el traspaso de poder, Vicenç Grande sigue ejerciendo como el máximo accionista bermellón. Ayer, aprovechando que la primera plantilla entrenaba, acudió a la ciudad deportiva de Son Bibiloni y tras bromear con varios futbolistas del grupo dialogó con los capitanes que estaban presentes (faltaba Arango, concentrado todavía con Venezuela) y se reunió posteriormente con Gregorio Manzano y con el entrenador del segundo equipo, Jaume Bauçà. Allí les trasladó las últimas novedades del proceso y volvió a recordarles que el funcionamiento del club no sufrirá cambios traumáticos.