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Fernando Fernández Con el triunfo ante el Valladolid fresco y la buena imagen ofrecida en León todavía caliente, el Bàsquet Mallorca regresa a su centro de operaciones para dar continuidad a un momento que puede instalarles en la zona tranquila de la tabla. Los de Xavi Sastre topan con un Ford Burgos que aterriza en el Palau (21 horas) con dos derrotas consecutivas como carta de presentación, pero argumentos suficientes como para poner en apuros al cinco balear, necesitado de una dosis de oxígeno para no meterse en problemas demasiado pronto.

Y es que el Burgos ha pasado de ser uno más a ofrecer un aspecto que invita a soñar con cotas más elevadas que la permanencia. La experiencia de Sanmartín, Lo Grippo o Morales se ha multiplicado con Iván Corrales, mientras Gruber, Lorant y Sinanovic ponen el músculo y los centímetros en la pintura.

La defensa es una de las armas que Sastre quiere exprimir para alcanzar la segunda alegría del curso. El trabajo del bloque en ese área y la rápida adaptación de Keep son las mejores noticias para un Bàsquet Mallorca que espera lo mejor de su nueva perla, Joan Sastre -pese a llevar cuatro puntos en su ceja izquierda, fruto de un golpe en un entrenamiento, estará hoy sobre el parqué- y que Tiedeman empiece a mostrar la calidad y los avales que llevaron a apostar fuerte por su incorporación.

Con Blair como seguro de vida y Riera y Blanch llamados a asumir el grueso de la responsabilidad en el perímetro, el equipo con sede en es Raiguer pretende dar rienda suelta a la progresión mostrada a lo largo de las dos últimas jornadas, más cuando el Burgos se presume uno de los equipos más asequibles dentro del amplio abanico de candidatos a todo que la LEB pone en liza.

Tras un arranque cuesta arriba (Melilla, Tenerife, Valladolid y León), el calendario ofrece una relativa tregua al Bàsquet Mallorca, que ante el Burgos inicia un tramo en el que le tocará lidiar con algunos de los equipos llamados a compartir con los insulares la carrera por la permanencia. Tras el Burgos llegarán Gandía, Illescas y Clínicas Rincón en tres semanas que pueden decidir muchas cosas a corto plazo y que situarán al Mallorca en el escalafón que le corresponde dentro de la categoría, aunque el paso del Ford Burgos por el Palau se antoja, como todos los partidos en casa, como un encuentro a vida o muerte, en el que cada posesión se jugará al límite y los de Xavi Sastre volverán a recurrir a su orgullo para lograr una victoria estratégicamente importante y que permitirá encarar con mejor ánimo un tránsito hacia el mes de noviembre en el que la parte baja puede quedar definida.