Gregorio Manzano conversa con el ex jugador del Athletic Aritz Aduriz en uno de los campos de la ciudad deportiva Antonio Asensio. Foto: MONSERRAT

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Décima entrega del campeonato y primera función con aroma a final. El Mallorca volverá a cruzarse mañana con un rival agujereado por los números y Manzano ya le ha recordado a sus jugadores lo que eso significa. El trance vivido ante Sporting y Betis ha aleccionado a un vestuario que todavía no puede permitirse grandes licencias y el técnico entiende que para evitar errores pretéritos hay que meterse en la piel del enemigo: «Si el Athletic juega una final, nosotros tenemos que jugar otra», explicaba ayer desde su atril de la ciudad deportiva.

Manzano, consciente de lo que carga a sus espaldas un equipo como el bilbaíno, ha centrado una porción importante de la semana en escrutar las virtudes y debilidades del ejército de Joaquín Caparrós. Y con los resultados en la mano, sigue sin fiarse. «Tiene jugadores muy contrastados, con mucha experiencia», argumenta. «Etxeberría, Gabilondo, Orbaiz, Yeste o Iraola podrían jugar en cualquier equipo y no hay motivos para decir que tienen una plantilla débil. La lección está aprendida y no debemos salir al campo pensando en su clasificación. Será duro y complicado y entraña una gran dificultad por sus jugadores y su historia. No hay que fiarse de nada», insistía.

El preparador alargó su exposición recordando que los problemas del Athletic no son nuevos, que los dueños de San Mamés han sobrevivido a huracanes mayores: «Su situación ya la vivieron hace un par de años, pero siempre salen de ahí. Su afición les apoya muchísimo, tienen jugadores de raza, representan mucho para la historia del club y para ellos, el partido del domingo es una final. Y ante eso, tenemos que presentarnos nosotros a otra final. Si no, seguro que perdemos. Debemos hacer valer el factor campo, la posibilidad de meternos entre los diez primeros. El mes de noviembre va a ser decisivo y tenemos que iniciarlo ganando al Athletic», aconseja. En esa dirección, Manzano cree que la fórmula para agravar la situación de los vizcaínos se basa en «salir con intensidad, ser precavidos, sobre todo a balón parado con Yeste, y trabajar mucho las segundas jugadas».