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Miquel Alzamora El fútbol balear ha perdido a tres jugadores por lesión grave en las once jornadas que se llevan disputadas. El primero en caer fue el jugador del Santanyí Dani Camacho en la jornada 7. Sufrió una fisura de tibia y peroné que le obligó a dejar el terreno de juego en ambulancia y se despidió de la temporada. En la jornada 9 cayó el jugador del Cala D'Or, Rafa Márquez, con una fractura también de tibia y peroné que le impedirá de igual forma jugar lo que resta de campeonato. El último en caer ha sido el joven futbolista del Binissalem, Kiko Fornés, que esta semana ha sido intervenido de ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda y estará seis meses de baja.

El fútbol de Tercera no tiene piedad tampoco de jóvenes valores como Kiko que sin duda es uno de las más firmes promesas del balompié balear. Tras seis temporadas en el Mallorca, una en el FC Barcelona cadete y 4 en el mejor San Francisco de estos últimos tiempos, este lateral izquierdo tomaba contacto con la Tercera antes de volver a dar el salto a la Península. La lesión se produjo en el partido Mallorca B - Binissalem de Copa Federación y esta semana se confirmó que la solución más factible era pasar por el quirófano e iniciar un período de recuperación relativamente largo, pero necesario para poder regresar a los terrenos de juego con total normalidad. Al igual que Dani Camacho, a Kiko se le quedó clavada la rodilla en el césped y las consecuencias no pudieron ser peores. El Binissalem ha perdido a uno de sus más preciados futbolistas, al igual que el Santanyí y el Cala D'or, que vieron también cómo perdían a dos de sus activos más importantes como son Dani Camacho y Rafa Márquez. Los tres tienen un importante recorrido en el fútbol, incluso a nivel profesional y han encontrado refugio en la Tercera Balear que, si bien ha aumentado el nivel y mejorado en todos los aspectos, se ha cobrado excesivas 'víctimas' en este arranque de campeonato.