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El balance del Mallorca sigue proyectando números rojos. Aunque el empate ante el Sevilla (0-0) alivió las llagas del equipo, las cifras que ha ido hilando en esta segunda parte del año resultan inquietantes. Más que nada, porque son las segundas más pobres de las últimas doce temporadas. Sólo una vez, de la mano de Héctor Raúl Cúper (2004-05), el equipo balear había llegado a estas alturas de la Liga con los bolsillos tan vacíos. Y en aquella ocasión, para esquivar el descenso fue necesario encontrar a un rival a la deriva (Levante) y esperar a la última jornada del torneo.

Si el conjunto de Gregorio Manzano no hubiera aguantado el tipo frente al Sevilla ahora estaría al mismo nivel que aquella versión tan defectuosa de la plantilla. No obstante, los 14 puntos que refleja su cuenta corriente siguen pareciendo insuficientes a la hora de cubrirse las espaldas con ciertas garantías en la segunda vuelta. En aquella agónica campaña bajo la dirección técnica del preparador de Chabas sólo se habían cosechado 13 después de las primeras dieciséis jornadas y el grupo tuvo que nadar un montón de meses a contracorriente para paliar las deudas y no hundirse en el precipicio. Además, hay otras dos referencias cercanas que también anuncian problemas. En los ejercicios 2005-06 y 2006-07 los bermellones ya transportaban 16 y 17 puntos en la mochila. Y para salir del atasco necesitaron acelerar en la recta de meta e incluso un cambio de entrenador. Teniendo en cuenta esas guías, toca espabilar de inmediato.

El gran problema con el que se va a estrellar el Mallorca en su trayecto hacia la superficie es un calendario terrible, lleno de trampas y socavones, que amenaza con derruir su esperanzadora reconstrucción. La plantilla se marchó ayer de vacaciones y no volverá al trabajo hasta el día 29. Cuando lo haga, será para preparar el partido más difícil al que se ha enfrentado hasta el momento: ante el Barcelona y en el Camp Nou (día 3 de enero, 20.00 horas). Con la escuadra de Guardiola embalada hacia el título (acaba de igualar el récord de puntos en la Liga que había fijado el Madrid durante la campaña 1960-61), los baleares tendrán que completar una actuación impecable si quieren facturar algún punto en el equipaje. Y aun así, los riesgos de no rascar nada seguirían siendo altísimos.