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Albert Orfila / Carlos Montes de Oca

No hay nada seguro, pero salvo un giro inesperado en los acontecimientos, Mateu Alemany Font se convertirá hoy en el nuevo presidente del Real Mallorca SAD. El abogado mallorquín ha puesto sobre la mesa de las negociaciones una serie de condiciones, que se resumen en gozar del poder absoluto de la sociedad, y hoy mismo se le dará una respuesta. Todos los protagonistas de esta entrega respiraban anoche un optimismo notable, aunque apelaban a la cautela. En caso de que finalmente Alemany logre el 'sí', su nombramiento oficial se retrasará hasta el 30 del presente mes, día previsto para la celebración de la Junta General de Accionistas, aunque ejercerá desde hoy mismo.

El nombre de Alemany transmite ilusión al mallorquinismo y su regreso se antoja como la mejor salida posible al laberinto en el que está inmerso el club en los últimos meses. La propiedad y el ex presidente del Mallorca durante un lustro (2000-05) están citados a primera hora de esta mañana. De esa reunión dependerá el destino del Mallorca.

La presión de los administradores concursales resultó determinante para que los acontecimientos se precipitaran durante la jornada de ayer. La primera chispa que encendió de nuevo la opción Alemany, llegó con la retirada de la carrera por la presidencia de Joan Antoni Ramonell, la apuesta de Vicenç Grande. El ex alcalde de Montuïri captó el mensaje lanzado en las últimas fechas por la administración concursal y comunicó personalmente su renuncia al sillón presidencial. El primer paso se había dado y la maquinaria Alemany se reactivó de inmediato. Había que convencer a toda costa al abogado mallorquín para que aceptara asumir de nuevo la dirección del club. Ramonell se había quedado fuera de la sucesión.

Alemany recibió la propuesta con los brazos abiertos. De hecho, los contactos para restablecer una relación que se había deteriorado por los sucesos ocurridos a mediados de diciembre, se habían reanudado hace algunos días por medio del actual presidente, Joaquín García.

Mateu Alemany pone sobre la mesa una serie de condiciones, las mismas que el propietario rechazó el pasado 17 de diciembre. Exige el poder absoluto, es decir, que el máximo accionista renuncie al derecho político de sus títulos, lo que significa perder cualquier control sobre la sociedad y sus nuevos órganos de gobierno.

Los administradores le imponen a Vicenç Grande que no desaproveche esta segunda oportunidad y llegue a un acuerdo. Que acepte todas las condiciones, sin excepción.

Si los pronósticos se cumplen, Alemany recibirá hoy mismo el O.K. de Grande, se producirá el relevo presidencial y el abogado mallorquín se pondrá manos a la obra. La confección del nuevo consejo de administración del Mallorca SAD será obra suya y su intención es recuperar a la vieja guardia. El nombre de Pere Terrassa, ex responsable del Area de Gestión, encabeza la revolución que arrastrará el regreso del ex presidente.

La opción de Mateu Alemany genera unaminidad. Todo el mundo está de acuerdo en que es lo mejor para el club y los administradores concursales han logrado lo que parecía imposible: que el regreso del ex presidente sea la posiblidad que, hoy por hoy, se antoja más probable. Todo depende de Vicenç Grande.