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Un tanto del argentino Gonzalo Higuaín dio la victoria por la mínima al Real Madrid ante el Racing de Santander (1-0) en un partido que no fue nada vistoso y en el que los locales se anotaron su séptima victoria consecutiva, aunque lo hicieron, de nuevo, de forma sobria.

El Racing lo intentó en el minuto quince con un cabezazo demasiado inocente del serbio Nikola Zigic ante un Iker Casillas que poco tuvo que hacer para detener el peligro.

Tampoco presentó el Madrid durante el primer acto un ejercicio aspirante a nota alta, por la que sólo pujó, de forma demasiado acelerada, en sus instantes finales. Con anterioridad, apenas propuso un disparo de Arjen Robben, en el 28, y dos acciones, instantes después, de su compatriota Rafael van der Vaart, que no inquietaron en demasía al portero Toño.

Sin ofrecer un juego vistoso, el Racing se iba estirando y pronto la zaga blanca comenzó a dolerse de las rápidas y habilidosas internadas de Jonathan Pereira, al que sólo lograba frenar con acciones que en alguna ocasión se extralimitaban de lo autorizado por el reglamento.

Fue el joven gallego el que había puesto a prueba a Iker en el 39, poco antes de un débil cabezazo del congoleño-burundés Mohammed Tchité, igual de ineficaz que el de Raúl -que buscaba romper a su favor la plusmarca de goles merengues (307) que le une a Di Stefano-, instantes antes del pitido que señalaba el intermedio.

El Madrid despertó tras el intermedio, gracias a Gonzalo Higuaín, que culminó una gran acción personal y abrió el marcador en el tercer minuto de la reanudación, batiendo a Toño en la jugada que definió el partido.

El argentino pudo haber marcado el segundo en el 10, al obligar a lucirse al portero visitante, tras recibir un pase en una incorporación al ataque del portugués Pepe. Pero poco más sucedió en un partido soso. Al cuarto de hora, Juande hizo debutar al francés Julien Faubert, última incorporación del club capitalino, que entró en sustitución de Robben. Muñiz ya había sacado a Toni Moral, en lugar de Tchité; y poco después dio entrada al galo Luccin, por su compatriota Lacen.