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Lluís Orfila|MAÓ
El ViveMenorca prolonga su caída hacia el abismo. El grupo de Javier Imbroda, en el estreno del técnico melillense como local en Bintaufa, escenificó idénticos males que en tropiezos recientes, y aunque dispuso de opciones de triunfo hasta el bocinazo final, acabó firmando su novena derrota consecutiva, y octava ante su verdugo de ayer. Mantiene impoluta por tanto el equipo de Salva Maldonado su estadística ante el cuadro balear, al que siempre ha superado.

En un partido espeso, trabado, parco en ritmo y escasamente vistoso, aunque no exento de emoción, la calidad de Carl English "aunque el excepcional alero la mostró en cuentagotas" y la solidez en sí del colectivo canario ejercieron de obstáculos insalvables para el mismo Menorca de siempre, que pagó su desacierto en el tiro exterior y la ausencia de puntos en la zona con una nueva decepción.

También Weis se estrenó ayer, y demostró el pívot francés que su incorporación ha sido un acierto de pleno. Intimidó atrás, cooperó en el rebote (capturó 7), valoró 13 y arengó al grupo, tirando de galones en determinados momentos incluso. No obstante, mucho más que Weis le urge al Menorca si pretende escapar del pozo y enterrar la peor crisis de su historia reciente. El parón copero, de hecho, será la coartada idónea para un equipo falto de confianza y necesitado de reformas en prácticamente todas sus líneas.

La sensación de dificultad con la que se enfocó el partido se expandió y amplió al ritmo que el Kalise, sin grandes alardes, era capaz de soportar las embestidas de un Menorca que mostró su mejor versión en los dos primeros cuartos. En esa secuencia de tiempo, los de Imbroda disfrutaron de sus mayores rentas (19-14, 29-23), pero incapaces de gestionarlas adecuadamente, padecieron la reacción canaria, acaudillada por Norris y English, y que situó un parejo 38-39 llegados al intermedio. El Menorca, jugando al límite, perdía de uno. Descorazonador.

Aunque un acierto de Jeter abierto el tercer parcial volteó el electrónico (40-39), el Kalise endosó un 4-12 con el que empezó a encauzar el partido (44-51 mediado el cuarto). El Menorca supeditó su suerte a la defensa, lo que le rindió réditos por momentos (48-51), pero quedó evidenciado que el argumento era excesivamente pobre como para inquietar a un rival que hallaba entonces en Melvin Sanders una valiosa alternativa ofensiva (48-56 tras triplazo del escolta con pasaporte georgiano).

Nació el último cuarto y el Gran Canaria cobró con celeridad una renta superior a los diez (52-64, de nuevo Sanders), replicada por un Menorca voluntarioso aunque descabezado. Las precipitaciones se sucedieron por ambos bandos en ese intervalo, y los yerros de English desde los 4.70 otorgaron chance (61-65 tras un par de aciertos de Stojic). La lucha se comprimió aún más con un triple de Jeter a 15'' (64-66) y tuvo en su mano el menudo base americano la prórroga, pero su nuevo intento desde los 6.25, a 4'', lo rechazó el aro, confirmándose así una nueva derrota menorquina (64-67).