El balón quedará de nuevo relegado a un segundo plano. Los números recuperan protagonismo. El consejo de administración del Real Mallorca recibirá hoy las conclusiones iniciales que se extraen del informe económico elaborado por José Batlle. La auditoría deja claro que Vicenç Grande no ha cometido irregularidad alguna, si bien se han detectado numerosos errores de gestión.
El actual equipo gestor de la SAD balear interpreta que durante el mandato del promotor inmobiliario, especialmente durante los últimos meses, el Mallorca entró en una espiral de gastos poco acorde con sus posibilidades.
La falta de rigor en la gestión económica desembocó en el pago de comisiones desorbitadas y porcentualmente exageradas. Por el guardameta Dudu Aouate, la última contratación que ha realizado el Mallorca y que curiosamente fue autorizada por el presidente interino Joaquín García, el club balear acordó el pago de comisiones superiores al medio millón de euros, cifras difícilmente comprensibles cuando el precio del traspaso acordado con el Deportivo A Coruña "su equipo de origen" es de 800.000 euros.
La contabilidad de los equipos de fútbol es compleja y enmarañada. En cualquier operación intervienen varias sociedades y se buscan todo tipo de recursos para reducir las caras fiscales. Se trata de pura ingeniería financiera. No obstante, el Mallorca ha acabado aceptando acuerdos excesivamente gravosos para su economía. Borja Valero, por ejemplo, fue transferido al West Bromwich Albion de la Premier League por 6 millones de euros, aunque el club bermellón sólo ingresó la mitad. Alejandro Camaño, agente del futbolista, administraba el 50 por ciento de sus derechos. «En estas condiciones nunca se debía haber firmado a este jugador», asegura un portavoz del club.
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