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Carlos Román ¿Qué tienen en común el mejor tenista del mundo, una estrella de la NBA y el delantero con más pólvora del fútbol europeo? Por extraño que parezca, el Mallorca ha sido capaz de unir en sólo unos días a tres de las personalidades más relevantes del planeta deportivo. Se trata de Rafael Nadal, Rudy Fernández y Samuel Etoo que, casi sin quererlo, han constituido la mejor embajada posible para el club balear. Desde su posición, los tres han aprovechado sus últimas apariciones públicas para subrayar la pasión que sienten por el conjunto rojillo y darle una nueva dimensión a la imagen del club. Un lujo al alcance de muy pocos que ha convertido el estadio de Son Moix en un obligado punto de referencia.

El primero en levantar la voz para expresar su mallorquinismo fue Rudy Fernández. Y lo hizo sobre un escenario difícilmente mejorable. El escolta de los Trail Blazers acudió el pasado fin de semana a Phoenix (Arizona) para participar en el All Star de la NBA y allí, envuelto por los focos, se puso la camiseta que le hizo llegar el club balear por si se animaba a lucirla durante el concurso de mates. No pudo hacerlo durante el certamen debido a las estrictas normas que impone la liga estadounidense, pero no tuvo ningún reparo en hacerlo justo antes para presumir de sus raíces.

Criado en las categorías inferiores del Sant Josep (uno de sus entrenadores allí fue el consejero Pere Terrassa), Rudy nunca ha escondido sus colores. De hecho, ya recibió un cálido homenaje sobre la hierba de Son Moix poco después de conquistar el Mundial de Japón (2006). Su espectacular evolución en el DKJ Joventut le trasladó el pasado verano a una de las competiciones más llamativas del mundo y desde allí sigue pensando en rojinegro.

Corazón bermellón
Aún no se habían apagado las brasas del fin de semana de las estrellas y el Mallorca recibía otro empujón de un ilustre. Samuel Etoo dinamitaba la actualidad de la Liga con unas declaraciones explosivas a la revista francesa Sportweek y la entidad isleña volvía a ocupar un lugar privilegiado: «El club de mi corazón es el Mallorca, pero ahora trabajo en el Barça», indicaba el camerunés. «Me gustaría retirarme en ese equipo. Allí lancé mi carrera y tomé algunas de las decisiones más importantes de mi vida».

Pocos dudaban de las preferencias de Etoo, pero casi nadie preveía que fuera a recordarlo ahora, mientras avanza por uno de los tramos más dulces de su carrera. Pieza básica en una de las versiones más potentes de la historia del Barça (es el máximo goleador de las principales ligas de Europa con 23 tantos en el mismo número de jornadas), el africano no aparta nunca la mirada del ONO Estadi. Aquí se hizo grande al tiempo que crecía el Mallorca y aunque su profesionalidad siempre ha estado por encima de sus debilidades (como azulgrana ha perforado en multitud de ocasiones la portería isleña), aprovecha cualquier ocasión para recordar su pasado. «No me parece que dijera nada del otro mundo», afirmaba ayer su entrenador, Pep Guardiola, al analizar sus controvertidas declaraciones a la publicación gala. «Lo que dijo del Mallorca me parece perfecto. Me parece extraordinario, la gente estará contenta y solo quiero que cuando esté aquí esté contento y el día que se vaya que tenga buen recuerdo de este club», añadía. Su colega Manzano también se refirió a uno de los temas de la semana: «Tiene ganas de volver. Aquí, entre todos, le hemos mimado y querido mucho y él quiere mucho al Mallorca. Ha sido y es parte del club y todo lo que dice lo siente. Quiere acabar aquí su carrera y estaríamos encantados de que así fuera. Ojalá viniera ya, pero me temo que no. Vendrá el próximo 4 de marzo (fecha fijada para el partido de vuelta de las semifinales de la Copa del Rey) y, si puede hacernos algún gol, lo hará porque es un gran profesional que defiende los colores del Barça. Hay que valorarlo dentro y fuera del campo y lo que hace cuando juega está fuera de toda duda».

Rafael Nadal tampoco podía ser menos. Acostumbrado a lucir con orgullo la bandera balear en todas sus conquistas, el número uno del tenis se sumará mañana a la reivindicación mallorquinista y recibirá, junto a su tío y entrenador, la insignia de oro de la entidad. El de Manacor, que pasará el fin de semana en la Isla tras su renuncia a participar en el torneo de Dubai, verá desde el palco de Son Moix el encuentro ante el Racing y será homenajeado durante el descanso por el mismo club en el que ya triunfó, en dos etapas distintas, su tío Miquel Àngel. De hecho, será precisamente él (ahora mismo forma parte del Consejo Asesor) quien le haga efectivo el reconocimiento.

Nadal, que es un gran aficionado al fútbol, encontrará en la zona noble del ONO Estadi el lugar perfecto para olvidarse del terrible calendario de la ATP y ayudar a los de Manzano en su camino hacia la permanencia. El rey del circuito, que abrió el año a lo grande después de alzarse por primera vez con el Open de Australia (ningún otro tenista español lo había conseguido hasta entonces), participó la semana en el torneo de Rotterdam, donde fue superado en la final por el británico Andy Murray después de blindar su privilegiada situación al frente del ranking. Mañana, desde la distancia, intentará contagiarle su espíritu al Mallorca para seguir disfrutando de una de las mejores ligas de Europa durante sus próximas estancias en la Isla.