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S.Ripoll La mala fortuna volvió a ser compañera de viaje del Joventut Mariana en el tramo final de un partido que congela sus opciones de colarse en las series por el título. Todo lo contrario que un Rivas que deja sentenciada su presencia en el tramo determinante de la temporada, y saca partido de una semana compleja para las de Jorge Méndez.

La lesión de Ocete, la marcha de Llamas y la entrada en la rotación de Paola Ferrari condicionaron en parte el rendimiento de un Mariana que dio la cara en todo momento ante uno de los bloques más sólidos de la Liga Femenina.

El dominio del rebote y en la pintura ejercido por Dubljevic y Ujhelyi encontró resistencia en Vega y Page, que se echaron esa parcela a las espaldas, al igual que Price en el perímetro y Villaescusa en la dirección del juego. La aportación anotadora del banquillo mallorquín fue inexistente, al contrario que su entrega, permitiendo entre todas que el Rivas tuviera que sufrir para llevarse la victoria del Palma Arena.

De hecho, las de la Vall comenzaron con fuerza, mandando en el electrónico, aunque la reacción del Rivas llegó camino y tras el descanso, momento en el que asumieron el control del partido, aunque el Mariana tuvo la oportunidad de hacerse con el triunfo sobre la bocina, pero Laura Villaescusa no tuvo suerte y el triple que intentó y que pudo dar el triunfo a las mallorquinas, no entró, con lo que el triunfo se iba para Madrid. Así, el Mariana prorroga su mala racha como local, con más de dos meses sin conocer el triunfo en sus diferentes centros de operaciones, a la espera de que las obras del pabellón de Son Angelats lleguen a su fin.