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El Mallorca quiere extender su racha. Apoyado en los dos últimos triunfos, el grupo balear (18º, 24 puntos) irrumpe hoy en Gijón frente al Sporting (14º, 27 puntos) con la intención de sellar su tercera victoria consecutiva -sería su mejor marca del curso- y despejar el horizonte. El equipo de Manzano pretende dar un golpe de autoridad y, de paso, empujar a su enemigo al fango de la clasificación. Un triunfo bermellón le permitiría salir del laberinto del descenso, dar caza al conjunto de Preciado e igualar a 27 puntos. (17.00 horas, El Molinón. PPV).

Afronta el Mallorca un duelo marcado en rojo en su libro de ruta. Es el arranque del 'otro Everest', un tramo de tres partidos con la permanencia en juego. Después de visitar Asturias, el grupo rojillo visitará al Betis y se desplazará a Montjuic. Tres duelos. Tres finales. 270 minutos de oro.

La primera de esas cumbres ofrece detalles de órdago. Es uno de esos partidos que, anímicamente, valen más que tres puntos. Y ambos lo afrontan con diferentes perspectivas. El Sporting, para apartar del camino a un rival directo -aventajaría a los isleños en seis puntos más el average- y alcanzar la cota de los 30 puntos; el Mallorca, para meter a otro rival en el lío. Paradójicamente, los dos equipos saltarán al campo con los papeles cambiados respecto al duelo de la primera vuelta. Entonces, el bloque de Manzano sacó pecho y se lo partieron. Jugó relajado ante un rival que se presentaba en la Isla con 0 puntos y su rival renació tras aquel 0-2. Hoy, llega necesitado y por detrás de su enemigo.

Pendientes de la enfermería, el Mallorca dibujará un once inédito. Con la secuelas de las últimas refriegas, Gregorio Manzano deberá dibujar una defensa inédita. Como estaba previsto, Nunes no superó la prueba y se quedó en la Isla. Quienes firmaron la convocatoria fueron David Navarro, Ayoze y Juan Arango, que se han pasado toda la semana en el parte médico.

Así las cosas, el técnico andaluz podría apostar por Aouate en la portería; Scaloni, Ramis, David Navarro y Ayoze en defensa (Josemi entraría si el lateral canario no se recupera); Martí y Mario Suárez en la sala de máquinas, con Varela y Castro (es poco probable que juegue Arango) en las bandas, Jurado de enlace y Aritz Aduriz arriba. Completan la lista de 19 jugadores Lux, Cléber, Callejó, Trejo y Keita.

Decía Jorge Valdano que «el fútbol es un estado de ánimo» y el del Mallorca ahora está por las nubes. Más por resultados que por juego. Y, en este sentido, el bloque isleño parte con ventaja. Es el tercer mejor equipo de toda la segunda vuelta -10 de los 15 puntos posibles- y en su última salida (en Soria) logró quebrar su mala racha a domicilio. El Sporting, todo lo contrario. Sólo ha logrado una victoria en sus cinco últimos partidos y ha pasado de festejar casi la clasificación y estar a tiro de piedra de las plazas de descenso.

El Sporting es la irregularidad personificado. Es un equipo de altos y bajos. De claros y oscuros. Sin término medio como demuestra sus números. Es el único equipo de la Liga que todavía no ha sellado un empate. O gana (9 victorias). O pierde (15 derrotas). El bloque también se distingue por esas lagunas. Es tan pésimo en defensa (es el equipo más goleado de Primera con 53 goles recibidos) como venenoso en ataque, con el croata Mate Bilic como máximo goleador, bien escoltado por David Barral y Diego Castro. Presiona tan arriba que descuida su zaga, un punto débil que el equipo isleño debe aprovechar para salir de Gijón con los tres puntos y una porción notable de su futuro en las alforjas. Preciado pierde a Neru, Carmelo y Canella, que marcó en Palma y al que se rifan los grandes.

Ha llovido mucho desde la última visita del Mallorca a Gijón. Fue en enero de 1998 y aquel equipo dirigido por Héctor Cúper se impuso 1-3 con goles de Amato, Gálvez y Valerón.