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Los penaltis se están convirtiendo en una de las pesadillas del Real Mallorca en el presente campeonato. El lanzamiento errado por Pep Lluís Martí en la noche del pasado miércoles, que le hubiera dado al equipo isleño la posibilidad de igualar la semifinal ante el Barça y situarse a las puertas de la cuarta final de la Copa del Rey de su historia, hurga en uno de los principales males que azota al grupo dirigido por Gregorio Manzano en el presente curso.

De hecho, el Mallorca presenta una pésima tarjeta desde el punto de cal, ya que sólo ha podido transformar uno de los cinco penaltis que ha lanzado entre Liga y Copa.

Antes del infortunio del centrocampista mallorquín, también habían errado en sus lanzamientos Pierre Webó, Aritz Aduriz y José Manuel Jurado, aunque éste último pudo recoger su rechace para batir al portero. De hecho, sólo Martí ha sido capaz de transformar una pena máxima: fue ante el Valencia en la primera jornada de la segunda vuelta.

El primer capítulo de este seriel comenzó a rodarse en la sexta jornada, coincidiendo con la visita del Sporting de Gijón a la Isla. Corría el minuto 74 cuando el colegiado Ramírez Domínguez señaló el punto de cal por una entrada de Cuéllar a Webó. El camerunés tomó la responsabilidad con la intención de recortar distancias en el marcador, que iba 0-2 favorable al conjunto asturiano. Su lanzamiento, sin embargo, se estrelló en la madera.

El siguiente paso fue ante el Almería, en el partido de octavos de final de la Copa del Rey. Rubinos Pérez pitó penalti por una caída de Aduriz ante Ortiz. El delantero vasco no lanzó bien y Esteban le adivinó la intención. Afortunadamente para los intereses rojillos, Cléber allanó el triunfo un par de minutos más tarde al rematar un córner botado por Jurado.

A finales del mes de enero, en el arranque de la segunda vuelta, un nuevo penalti, por un derribo de Albiol a Jurado al límite de la frontal del área. Lanzó Martí con el interior, a media altura y a la izquierda de Guaita, que se lanzó hacia ese lado pero no pudo detenerlo.

Unas semanas más tarde, ante el Racing, llegó un penalti que, a la postre, desembocó en el tanto de la victoria, aunque fue al segundo intento. Después de una discusión con Keita, Jurado tomó el balón y lanzó. Toño despejó y el gaditano recogió de nuevo el cuero para sellar el tanto de la trascendental victoria (1-0).

Y, el pasado miércoles, Martí no pudo superar a Pinto, que rechazó con el pie cuando ya se había lanzado a la izquierda. Ese penalti hubiera podido igualar la eliminatoria y acercarse a la final de la Copa del Rey.