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Apenas durante un par de cuartos mantuvo el Menorca sus opciones de soñar en el Palau. Los que tardó el Barça en aplicarse y romper un partido que siempre dominó, y aunque de inicio lo hizo con timidez, tras el intermedio no hubo tregua, quedando escenificada la diferencia de potencial existente entre ambos conjuntos. Los de Xavi Pascual barrieron, mientras que el Menorca se percató de que no es en plazas como la barcelonista donde deberá apurar sus posibilidades de permanencia. Aunque urgía a los de Imbroda un resultado positivo, independientemente del perfil del rival, no resultaría de justicia reprocharles la contundente distancia que registró el marcador final (86-61), que tradujo la realidad actual de dos equipos diseñados para pelear objetivos diametralmente opuestos, aunque sí debe recriminársele a los isleños el poco espíritu combativo mostrado cuando el Barça apretó el acelerador.

Como únicos aspectos positivos, el debut de Sundov y la aportación ofensiva de Steve Burtt (28 puntos), que ayer vio aro con facilidad, aunque su actuación resultó un oasis entre el desierto balear, sometido al poderío de Fran Vázquez (23 puntos y 9 rebotes). El acierto exterior y el dominio del pívot de Xantada en la pintura concedieron al Barça una renta inicial (17-9), soslayada por el Menorca gracias al enchufado Burtt y a una zonal que le rindió réditos al cuadro de Imbroda durante el segundo cuarto. Incluso tuvo la oportunidad el Menorca de igualar el marcador, pero Bazdaric erró el triple (27-24). Pareció propulsarse el Barça justo antes del descanso, aunque contuvo la embestida el grupo menorquín (33-26). A partir del tercer cuarto, el Barcelona normalizó la situación. Con el talento de Navarro, en pequeñas dosis, y la jerarquía interior del omnipresente Fran Vázquez, perfectamente secundado por Ilyasova, les alcanzó para fracturar el duelo. La distancia entre ambos equipos se disparó hasta los veinte (51-31 a cuatro minutos para cerrar el parcial). Burtt trató de hacer la guerra por su cuenta, engordó sus cifras, y demostró que ante rivales más asequibles certificará lo acertado de su incorporación. Ayer, no obstante, sus esfuerzos fueron en vano ante un Barça que, en plan abusón, se recreó durante el último cuarto.