Gonzalo Castro continúa en campaña. El centrocampista uruguayo no ha podido desprenderse todavía de la etiqueta de suplente, aunque eso es precisamente lo que le ayuda a agrandar su figura. Desde hace dos meses, nadie optimiza como el Chori las oportunidades que le brinda el entrenador. De hecho, es ya el jugador de banquillo más letal de la plantilla del Mallorca y uno de los más efectivos de toda la Liga. Todo ello, gracias a unos números de traca. En los 299 minutos que ha pasado sobre el campo en el campeonato de Liga (según los datos recogidos en las actas), el charrúa le ha puesto su firma a 4 goles y en todos los casos, después de incorporarse al encuentro sobre la marcha. Con un promedio de un tanto cada 74'75 minutos, él es el gran reserva del vestuario isleño.
El último ejemplo de su eficiencia lo redactó el domingo con la colaboración de Pierre Webó. El camerunés, con el que ya coincidió en su primer año como futbolista del Nacional de Montevideo, le regaló un tanto que sirvió para aniquilar al Almería y para seguir cautivando a la hinchada rojinegra, que cada semana le guarda un espacio entre sus cánticos. Curiosamente, tanto él como el africano podrían tener este sábado una ocasión para volver a jugar de inicio. Las bajas por sanción de Aduriz y Jurado han abierto un hueco importante en la pizarra de Manzano y ellos se perfilan como los grandes candidatos a sustituirles.
Actor de reparto
Condenado a vivir en un segundo plano desde que el Mallorca le reclutó del fútbol uruguayo (por entonces ya había sido designado como el mejor jugador del campeonato de su país), Castro estalló el pasado 8 de marzo. Antes, había ido esparciendo algunas gotas de su calidad por la Copa, pero no había podido exponer su fútbol sobre el escaparate de la Liga. Esa tarde, con el Betis campando a sus anchas por la hierba del ONO Estadi, Manzano recurrió a su zurda para buscar una remontada imposible. Y acabó encontrando petróleo. Compareció sobre la alfombra mallorquinista a los 62 minutos de juego y aunque el partido estaba ya muy cuesta arriba (0-2), se complicaría todavía más tras un testarazo de Arzu que parecía inclinar definitivamente la cita hacia el costado sevillano. Sin embargo, en un arrebato de pundonor, el comandante Castro cazó un mal despeje de la defensa y sacó a pasear su zurda para colocar la primera piedra de un empate que, a esas alturas, seguía pareciendo inalcanzable.
Excelente jornada
El gol propulsó al Mallorca, que se volcó sobre el marco visitante y siguió escalando después de que Castro le siriviera el segundo tanto en bandeja a Pierre Webó. Con la hinchada entregada y el Betis en un evidente proceso de descomposición, Castro redondeó su actuación más completa anotando la segunda diana de su cuenta. La revolución había triunfado en la semana más especial del Chori, que tres días antes había puesto contra las cuerdas al Barcelona en las semifinales de Copa del Rey.
Pese a todo lo que generó el uruguayo en esa fase del calendario, se quedó sin el premio de la titularidad. Se conformó con los últimos 18 minutos de la visita a Montjuïc (volvió a acariciar el gol) y con los últimos 5 del partido en casa frente al Atlético. Ahí no perdonó. Exprimió una contra en el epílogo del partido y batió a Leo Franco gracias otro de sus golpes de calidad.
A falta de oportunidades, Castro cuenta con la complicidad de los números. ¿Será titular en La Rosaleda? Manzano tiene la palabra.
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