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Miquel Alzamora El Mallorca canta victoria. La permanencia es un hecho, no consumado, porque siempre es preferible superar los 40 puntos, pero la victoria de ayer ante el Valladolid convierte en virtual el objetivo de mantenerse en la máxima categoría del fútbol español una temporada más.

Será el decimotercer año consecutivo en la Liga de las estrellas y además se certificará el gran reto de seguir en Primera antes de llegar a las últimas cuatro jornadas de Liga donde el equipo balear se medirá a Sevilla, Barcelona, Real Madrid y Villarreal.

Antes de llegar a estos últimos cuatro partidos de Liga, los baleares se medirán al Recreativo el próximo domingo y al Getafe, dos partidos que se observan ya desde una zona de tranquilidad máxima toda vez que la presión absoluta es para el equipo andaluz que con 30 puntos está prácticamente sentenciado, mientras que el Getafe de Víctor Muñoz, con 34, también se ha metido en muchos problemas durante estas últimas semanas del campeonato regular.

No menos tranquilo está el Sporting de Gijón que, con la derrota en su casa contra el Espanyol, también se ha metido en un lío terrible y que motivará que tenga un difícil final de temporada para certificar la permanencia. La plantilla del Mallorca, su entrenador y también el presidente Mateu Alemany quieren ser prudentes y como es lógico no estarán tranquilos hasta que el Mallorca supere los 42 puntos en la clasificación, circunstancia que puede producirse el próximo domingo en Huelva.

Sin embargo, no es menos cierto que la victoria de ayer supone un baño de tranquilidad para toda la institución en un momento en que los puntos valen su peso en oro, por lo valioso de haberlos sumado y porque otros equipos muy implicados en la guerra por no descender no lo han conseguido, caso del Recreativo, que ayer perdió en Villarreal y que saldrá el domingo a jugar contra el Mallorca en un estado de ansiedad máximo y que puede jugar en contra de sus intereses.

Por su parte el Mallorca viajará a Huelva con la tranquilidad que da tener un colchón de puntos bien merecido y que, junto al buen fútbol que está firmando, hace que pensar en la victoria no sea ni mucho menos una quimera. El equipo apenas tendrá tiempo para descansar. Hoy realizará un entrenamiento de recuperación y mañana viajará a Huelva para jugar el domingo a las cinco de la tarde, en un partido que todavía no se puede confirmar qué televisión va a ofrecerlo y si realmente va a ser televisado. Los baleares tienen la permanencia atada, virtualmente conseguida, ahora sólo resta el finiquitar el trabajo empezado.