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El Bàsquet Mallorca despidió anoche otra temporada en la segunda planta del baloncesto español. Los de Xavi Sastre, que llegaron a la última fase de la competición sin asuntos pendientes, se quedaron con las ganas de obsequiar a su afición con una última victoria y entregaron las armas ante un Alicante muy superior. Después de seis derrotas consecutivas, el conjunto isleño cierra el ejercicio con un balance idéntico al de curso pasado (79-91).

El Lucentum encarriló el encuentro en los dos primeros cuartos. Pese a que casi siempre se movieron entre diferencias mínimas, los de Óscar Quintana no dejaron que los locales les inquietaran demasiado y se marcharon al descanso con una renta enorme bajo el brazo (37-52).

En el segundo tiempo, las diferencias se acentuaron aún más (20 puntos a falta de veinte segundos para la conclusión del tercer cuarto) gracias a la presión en toda la pista de los visitantes y el Mallorca no reaccionó hasta el último acto, en el que llegó a situarse a 8 puntos de distancia gracias a un parcial contundente que activó a la grada (12-0).

Sin embargo, el Alicante cerró todas las puertas y se aseguró un cómodo final en el que sólo destacaron los criticados cambios del entrenador foráneo.