Wimbledon aguarda a que Rafael Nadal despeje todas las incógnitas que rodean su presencia en el Grand Slam inglés y la exhibición de Hurlingham que se celebra hoy ha cobrado una gran importancia en las aspiraciones del mallorquín de competir en su torneo predilecto. El número uno acelera su recuperación e intensifica su puesta a punto en el All England Club, donde jugará a partir del lunes si su partido de hoy ante Lleyton Hewitt le permite acumular sensaciones positivas.
El manacorí mantiene las reservas sobre sus posibilidades de llegar al cien por cien a la hora de la verdad y por este motivo la opción de probarse en Hurlingham es tan importante. No en vano mañana podría volver a jugar ante Wawrinka. El test será una gran piedra de toque después de no haber podido competir en Queen's y tras no haber jugado partido alguno desde la eliminación en los octavos de final de Roland Garros el pasado 31 de mayo.
«Es bueno jugar mañana para saber realmente como me encuentro dentro de una pista a un nivel de juego más alto que en un entrenamiento», analiza el mallorquín en su página oficial.
El trabajo del mallorquín se divide ahora entre las pistas del Aorangi Club de Wimbledon con Tomeu Nadal como sparring y la camilla de la casa que tiene alquilada en las inmediaciones del recinto. Las hábiles manos de su fisioterapeuta, Rafael Maymó, se multiplican para intentar que las rodillas del manacorí estén en las mejores condiciones posibles.
El aspecto físico precisa una inevitable conjunción con el psicológico, ya que la confianza y la necesidad de acumular sensaciones positivas se han convertido en una de las premisas fundamentales para afrontar el próximo gran compromiso que aparece en la agenda.
El entrenador del vigente campeón de Wimbledon, Toni Nadal, cifró en seis días la preparación mínima para encarar con ciertas garantías el tercer grande del curso. Por este motivo Nadal llegó a Londres el martes y lo hizo junto a todo su equipo y acompañado por las máquinas que ha venido utilizando en su recuperación. En Manacor su intenso trabajo se dividió entre la camilla, la piscina y la pista, aunque con la raqueta y sobre tierra el tetracampeón de Roland Garros no forzó en exceso y se centró en afinar el servicio, una faceta determinante para tener opciones en el Grand Slam inglés.
La lucha contra el crono se mantendrá en las próximas horas intentando elevar la carga de trabajo a medida que se acerque la exhibición de Hurlingham que compartirá protagonismo con la celebración del sorteo del cuadro de Wimbledon. Y es que mañana también se debería aclarar el camino con el que se encontraría el número uno en la competición.
Nadal avanza hora a hora y día a día para intentar defender su corona en Londres, donde la presencia en Hurlingham concede un optimismo moderado.
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